Polonia: Mercadillos de Navidad en Cracovia
- Duración
- 4 días
- Tipo de circuito
- Circuito


Polonia esconde un gran tesoro, su nombre, Cracovia. Envuelta en leyendas de dragones, parece estar sacada de un cuento infantil. Un cuento que gana protagonismo conforme se acerca la Navidad. Sus adoquines sepultados por la nieve son la alfombra perfecta para carruajes tirados por bellos caballos que a su pasar dejan la más hermosa de las bandas sonoras, las de sus herraduras. Su plaza del Mercado, con sus 40.000 metros cuadrados, se convierte en el mayor escaparate navideño de Europa. Y es que las terrazas del verano dan paso a cerca de cien casitas de madera que dan forma a su famoso y maravilloso mercado navideño Rynek Glowny. Luces de colores, villancicos, adornos navideños, gastronomía y el calor de su gente templan los días bajo la atenta mirada de la basílica de Santa María donde su trompetista y tradicional “hejnal” trataran de evitar que pierdas la noción del tiempo.
“Cracovia, un viaje al pasado”
El tiempo será, paradójicamente, el protagonista mientras recorres las calles de esta bella ciudad de aire medieval. Viajarás al pasado a través de su historia al adentrarte en la fábrica de Schindler o el barrio judío. También si decides conocer en primera persona el campo de concentración de Auschwitz – Birkenau, el mayor campo de concentración de la Alemania nazi y símbolo del Holocausto. Además, podrás maravillarte con las minas de sal de Wieliczka, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Cracovia tiene los ingredientes necesarios para hacer de este viaje una experiencia inolvidable. ¡A viajar!
Emociones nuevas en tu viaje
La gente se agolpa en la calle. Con suerte, diciembre vendrá a la ciudad polaca vestido con su manto blanco pero, siempre que vayamos bien abrigados, el tiempo navideño solo acentúa el encanto de Cracovia.
Es 24 de diciembre, el día más especial de estas fiestas, y Papá Noel inicia como es tradición su recorrido en un “trineo” de estilo polaco. Un carruaje majestuoso tirado por nobles caballos que nada tienen que envidiar a los tradicionales renos acercan a Santa Claus a viajeros y autóctonos quienes vuelven a ser niños cuando este personaje entrañable pasa por su lado y les saluda agitando su mano enguantada. El centro histórico de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el 1978 está radiante por la nieve y el torreón de la iglesia de Santa María recuerda al viajero que no estamos en Laponia, estamos en la joya de Polonia.

Desde la torre norte de la Iglesia de Santa María todavía se puede escuchar una melodía tradicional polaca que interpreta un trompetista para conmemorar la muerte del músico que, en el siglo XIII, murió mientras tocaba la trompeta para prevenir de la invasión mongola. Esta melodía es conocida como “hejnal”.
Desde finales de noviembre los polacos se preparan con ilusión para recibir la navidad y comienzan a engalanar sus calles y plazas con todo tipo de adornos navideños. Las luces y la nieve inundan Cracovia. Para afrontar el frío del invierno contamos con una gastronomía navideña que nada tiene que envidiar a la de otros países europeos.
Las plazas de la ciudad se llenan de casetas en las que puedes adquirir desde los más tradicionales placeres de la época, como turrones y vino caliente, hasta un oplatek, dulce tradicional polaco. Las farolas se engalanan con guirnaldas y las plazas se llenan de abetos a la intemperie decorados con luces, bolas y otros motivos navideños. Especialmente espectacular en esta época será la visita, sobre todo cuando cae la tarde, a la plaza del Mercado. Aunque es una de las más grandes de Europa, se queda pequeña por estas fechas por la multitud que recorre las casitas de madera al ritmo de villancicos.

El tiempo de navidad es tiempo de perdón. De ahí la tradición polaca de regalar y comer con amigas y familiares el oplatek, una oblea rectangular que es símbolo de perdón.
El plan de viaje a tu alcance
- Comida
- Cracovia
- Panorámica de Crackovia
- Desayuno
- Cracovia
- Desayuno
- Cracovia
- Desayuno
- Cracovia
¿Quieres saber más de Polonia?
Su ubicación geográfica, su agitada historia y el carácter de los polacos han moldeado durante siglos un universo gastronómico fascinante lleno de deliciosas sorpresas que merecen ser descubiertas. La comida en el país es fuente de inspiración, socialización y alegría; por ello, comer en Polonia siempre es una experiencia gratificante. Debido a su ubicación en Europa, la cocina polaca se ha visto influenciada por elementos culinarios exportados tanto del norte como de las áreas orientales del Viejo Continente. Además, episodios históricos -como el matrimonio del monarca polaco Segismundo con la Bona Sforza (siglo XVI), introdujeron en la Corte y en la gastronomía polaca productos y recetas de la cocina italiana.
Una vez más la historia, concretamente las largas contiendas libradas con los turcos, enriquecieron las dispensas del país con diferentes especias, y la presencia de los judíos aderezaron el recetario popular con suculentos platos que todavía hoy se acompañan con la denominación de “al estilo judío”. El siglo XIX, convulso en el terreno político, terminaría trayendo al país nuevos aires provenientes del país francés que aportaría a los fogones polacos nuevas recetas y técnicas. Entre nuestras sugerencias se encuentran las empanadillas (pierogi), son simplemente deliciosas. No puedes abandonar el país sin frecuentar sus típicos “bares de leche”. Nacidos en la dura posguerra, estos establecimientos culinarios siguen estando subvencionados por el gobierno. Además de un acogedor y típico ambiente, podrás degustar platos caseros y típicos -que no lleven carne- a buen precio.
Polonia en un país perfecto para ir de compras o simplemente buscar un recuerdo de tus vacaciones. Polonia es conocida en Europa por sus precios competitivos y la alta calidad de sus productos artesanos y artísticos que podrás encontrar en los comercios tradicionales, mercadillos, ferias regionales...
Te recomendamos que regreses a casa con alguna obra o joya realizada en plata, ámbar o en cristal del país, con excelentes prendas elaboradas en lana, delicadas esculturas talladas en madera... Entre sus joyas gastronómicas con Denominación de Origen se encuentran el queso de oveja (oscypek), el pan aderezado con jengibre (piernik), las mieles y licores del país... A los amantes de las bebidas fuertes, les recomendamos sus afamados vodkas, todo un emblema del país.
•1 de enero: Año Nuevo.
•6 de enero: Reyes Magos
•Pascua: Domingo de Resurrección y Lunes de Pascua.
•1 de mayo: Día del trabajador.
•3 de mayo: Día de la Constitución (aniversario de la proclamación de la primera Constitución polaca, de 3 de mayo de 1791).
•Corpus Christi: el jueves de la novena semana después de Pascua. Se celebra con grandes procesiones en las que participan niños vestidos de blanco.
•15 de agosto: la Asunción de la Virgen, el día de las Fuerzas Armadas de Polonia (aniversario de la victoriosa batalla contra el ejército ruso, que tuvo lugar en las afueras de Varsovia en 1920).
•1 de noviembre: Día de Todos los Santos.
•11 de noviembre: Fiesta Nacional de la Independencia (Polonia logró la independencia en 1918 después de 123 años de desmembramiento debido a tres repartos del país).
•25 y 26 de diciembre: Navidad
La ubicación geográfica del país y su relieve plano hacen que su climatología pueda ser cambiante. Con todo, los polacos gozan de las clásicas cuatro estaciones, aunque en algunos enclaves los polacos aseguran tener una “preprimavera” en marzo, ya que este mes compagina jornadas frías típicas del invierno con otras más cálidas más propias de la primavera.
En líneas generales, el clima del país es continental y húmedo, con meses invernales fríos -con temperaturas que suelen descender de los 0º C - y veranos suaves, con temperaturas medias que no suelen rebasar los 20ºC.