
Jordania: Lo mejor de Jordania
- Duración
- 8 días
- Tipo de circuito
- Circuito


Este magnífico viaje nos aportará sensaciones diferente. Descubriremos lugares fascinantes de arquitectura deslumbrante con majestuosas tumbas, monumentos y rincones que nos dejarán sin hablar. Recorreremos también el paisaje lunar del imponente desierto Wadi Rum y contemplaremos una panorámica a vista de pájaro desde enclaves tan maravilloso como el Monte Nebo. Petra será uno de los puntos que nos dejará huella, pero también recordaremos la excursión que haremos en el balneario natural del mar Muerto.
Noches estrelladas en el desierto
Nuestro viaje comienza en Ammán, la capital de Jordania, y una ciudad llena de contrastes. Descubriremos la esencia de este fabuloso rincón en cada una de sus adoquinadas vías, pero también en los majestuosos monumentos que nos darán una interesante lección de historia. La ciudad de Madaba y la reliquia que esconde la Iglesia Ortodoxa será una de nuestras paradas. Pero también haremos un alto en el Monte Nebo, desde donde tendremos unas maravillosas vistas. La jornada más mágica puede que sea cuando conozcamos Petra, sí, esa maravillosa localidad que se hizo muy popular tras el estreno de la película “Indiana Jones y la última cruzada”. Pero también descubriremos paisajes desérticos como el de Wadi Rum y nos bañaremos en aguas tan especiales como las del mar Muerto, el spa natural más grande del mundo.
Emociones nuevas en tu viaje
Darnos un baño en el Mar Muerto es una de las experiencias obligatorias si visitamos Jordania. Sería imperdonable no aprovechar nuestro viaje para chapotear en el que, posiblemente, es el mar más especial del mundo.
En primer lugar, es el punto que está más abajo en la tierra, ya que se encuentra a 400 metros por debajo del nivel del mar. Sus aguas de intenso color azul tienen un nivel de salinidad tan alto que impiden casi cualquier tipo de vida en su interior… y tampoco te permitirán hundirte. Podremos leer el periódico tranquilamente porque el agua nos empujará hacia arriba. Eso sí, mejor que nos llevemos calzado –porque el suelo está formado por pequeñas montañas de sal afiladas-, que nos bañemos en un lugar controlado –porque puede ser peligroso aventurarnos en otros lugares, ya que hay remolinos- y que nos duchemos después, porque la cantidad de sal que nos quedará adherida a la piel será enorme. Para completar la experiencia, nada mejor que untarse de lodo negro durante unos minutos y darse un baño en una piscina de aguas sulfurosas, lo que nos permitirá acabar con la piel como un bebé. Y si queremos ir un poco más allá, los hoteles y balnearios de la zona nos ofrecerán tratamientos de todo tipo.

La extrema salinidad del Mar Muerto se debe a que no tiene salida al mar y a que el extremo calor en verano evapora el agua más rápidamente de lo que se renueva. Además, no hay que olvidar que el mar mengua a una velocidad de vértigo por el riego intensivo en el Valle del Jordán.
Wadi Rum nunca decepciona. Vayamos a la hora que vayamos, disfrutaremos de sus descarnados paisajes y de las obras de arte que la naturaleza ha labrado a lo largo de los siglos. Sin embargo, si hay dos momentos especialmente mágicos para visitarlo son el amanecer y el atardecer –y además son los momentos de temperatura más agradable, algo importante en un clima desértico de mucho calor de día y mucho frío de noche-.
El mejor mirador dependerá de la época del año –de hecho, hay varios repartidos por todo el desierto-. Uno de los que nunca defrauda es el de Umm Sabatah. La elección también depende del tiempo del que dispongamos para ver el desierto. Hay que tener en cuenta que la extensión de Wadi Rum es enorme y, aunque vayamos en un vehículo todoterreno con guía local y no en camello como Lawrence de Arabia, se tarda tiempo en ir de un sitio a otro.

La administración del desierto la comparten entre el gobierno jordano y los beduinos locales, que llevan siglos recorriendo la zona.
Si podemos elegir, lo mejor es visitar el Wadi Rum a principios de la primavera (marzo y abril) o a finales de otoño (octubre y noviembre) para evitar el calor sofocante del verano y el terrible frío del invierno.
La ciudad de Madaba está ubicada a unos 35 kilómetros del sur de Ammán y residen en ella aproximadamente unas 60 mil personas, por lo que ha llegado a posicionarse ser la quinta ciudad de Jordania en cuanto a población se refiere. A esta urbe también se la ha bautizado como la Ciudad de los Mosaicos, ya que en su interior encontraremos una gran cantidad de estos objetos antiguos de la época bizantina y omeya. Uno de los más famosos que se debe ver es el mapa que representa la Tierra Santa, un espectacular mosaico que cubre prácticamente todo el suelo de la Iglesia Ortodoxa de San Jorge y que data del siglo VI. El estado de conservación de esta obra de arte es espectacular y la majestuosidad y detalle que se observa en ella es digna de admirar.

Esta metrópoli tiene muchos atractivos, pero los más populares son sus mosaicos, por lo que medio día es suficiente para conocer de cerca sus puntos más significativos. Su ubicación también es muy privilegiada, ya que se sitúa cerca del mar Muerto, el monte Nebo y Ammán.
La Mezquita del Rey Abdullah I, también conocida con el nombre la Mezquita azul de Jordania, es uno de los monumentos más significativos de Ammán y se diferencia del resto de construcciones por su cúpula repleta de mosaicos en tonalidades azules, todos ellos inspirados en el Corán, en concreto en el verso que reza “Alá es la luz del cielo y de la tierra”. Esta emblemática edificación se alzó entre los años 1982 y 1989 para rendir homenaje al Rey Abdullah I y a día de hoy es la única mezquita abierta al público con capacidad para seis mil personas. Es interesante saber que este recinto contaba con título de “Mezquita nacional de Jordania”, hasta que en el año 2006 se le retiró a favor de la Mezquita del Rey Hussein.

Si queremos entrar en la mezquita debemos hacerlo antes de las 11:00 horas, ya que a partir de este momento empieza el culto. Además, hay que recordar las normas básicas que deberemos seguir para poder entrar en el recinto, como, por ejemplo, cubrirse el pelo, llevar los hombros y piernas cubiertos, así como quitarnos los zapatos.
El museo arqueológico de Jerash se fundó en el año 1923 en el patio de Artemisa. Aunque años más tarde, en concreto en el 1985 se trasladó hasta una antigua casa reformada. Dentro de este maravilloso recinto veremos los descubrimientos que se han hecho en el este afamado territorio. Sus colecciones abarcan todos los períodos arqueológicos de estas tierras, desde el neolítico hasta el periodo mameluco. Podremos identificar perfectamente a qué época corresponde cada una de las piezas, ya que están colocadas de forma cronológica. Entre los objetos más destacados nos toparemos con cristales, metales, cerámica y monedas, así como figuritas, estatuas, altares de piedra y mármol, piedras preciosas y mosaicos.
Cuando lleguemos a Petra, nos quedaremos embelesados al instante con su espectacular belleza. Este maravilloso enclave antiguamente fue una ciudad, reino nabateo, y está construida con piedra esculpida y excavada. ¡Es alucinante! Este lugar, que estuvo abandonado durante aproximadamente 2000 años, desprende una hermosura arquitectónica que nos dejará anonadados, pero también nos fascinará su historia, ya que en antaño sirvió como lugar defensivo y punto comercial. En este punto de Jordania veremos además un gran número de tumbas nabateas (aproximadamente unas 500), y la más destacada es el imponente Tesoro de Petra. Una de las curiosidades que llamará nuestra atención es que dispone de un suministro de agua, el cual ayudó a que la localidad se desarrollara sin ningún problema.

Este maravilloso emplazamiento, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo desde el año 2007, también ha sido escenario de películas afamadas. Ejemplo de ellos es la de “Indiana Jones y la última cruzada”. Los viajeros que no la hayan visto se recomiendo que visualicen este film antes de conocer este lugar histórico, ya que al pisar este territorio se sentirán como Harrison Ford en una película de aventuras.
El plan de viaje a tu alcance
- Sin comidas.
- Ammán
- Sweimrah
- Desayuno y cena.
- Sweimrah
- Desayuno. Cena.
- Ammán
- Desayuno. Cena.
- Ammán
- Castillo de Ajlun
- Ciudad de Jerash
- Desayuno y cena.
- Petra
- Monte Nebo
- Panorámica de Ammán
- Iglesia ortodoxa de San Jorge
- Desayuno y cena.
- Aqaba
- Panorámica de Petra
- La Pequeña Petra
- Desayuno. Cena.
- Ramm
- Ammán
- Desierto de Wadi Rum en 4x4
¿Quieres saber más de Jordania?
El recetario de Jordania está muy influencia por sus países vecinos. Antiguamente este emplazamiento era un lugar de parada para las rutas comerciales, por lo que también encontraremos influencias indias en algunos de los platos tradicionales. No obstante, el origen de la gastronomía jordana se encuentra en la cultura beduina, la cual ha dejado auténticas exquisiteces que deleitan a todo tipo de paladares. En Jordania nos toparemos con platos cargados de sabor gracias a las numerosas especias que se les pone. Sus platos son sencillos y una de sus bases gastronómicas más típicas es el arroz. También encontraremos ricos alimentos como las legumbres, verduras, frutas, así como carne de cordero y pollo. Una de las curiosidades de la cocina tradicional es que este país es el rey de los frutos secos, pero también es el paraíso de las olivas. Algunos de los platos tradicionales que deberemos probar son el Hummus, paté de garbanzos con aceite de oliva; el Kube, albóndigas de carne; los Falafels, sándwich compuesto por croquetas de garbanzos y acompañado de ensalada; así como Chic Kebabs o Chich Taouk, brochetas de cordero y brochetas de pollo, respectivamente. En cuanto a las bebidas una de las más comunes y sagradas es el té, por el que se sigue una especie de ritual a la hora de tomarlo y servirlo. En una reunión con amigos o familiares, y disfrutar de una rica comida se suele preparar té, ya que es una buena forma de seguir con la animada sobremesa.
Jordania es el paraíso de las compras. Tanto en las principales ciudades como en los puntos más significativos nos encontraremos con tiendas de souvenirs, en las que encontraremos todo tipo de artículos tradicionales. De hecho, en algunas ciudades hay mercadillos en los que se pueden comprar todo tipo de recuerdos, perfectos para llevarlos a casa o para regalar. Entre los productos más populares están los tarros de arena. Se trata de pequeños frascos de cristal llenos de arena y con dibujos de colores que representan varios lugares jordanos. Los mosaicos bizantinos, una especie de platillos que representa escenas típicas del país, también son un bonito recuerdo como objeto de decoración y su coste varía según el tamaño que elijamos. La bisutería o plata beduina son auténticas piezas de arte llenas de detalle. Evidentemente el precio entre la primera y la segunda varía notablemente, ya que la calidad tampoco es la misma. Si lo que queremos es volver a España con productos de cosmética diferentes y de gran calidad, deberemos hacernos con algunos de los productos de belleza elaborados con sustancias del mar Muerto.
Las principales celebraciones de Jordania son de carácter religioso y se rigen por el calendario musulmán. No obstante, también hay otras de carácter artístico o relacionados con el deporte. Algunas de las más importantes son:
• Año Nuevo. Se celebra la primera o segunda semana de diciembre
• Ramadán. Festividad realizada a mediados de agosto o septiembre. Los lugareños no pueden beber, fumar ni comer durante el día.
• Id al Fitr. Es el fin del Ramadán. Dura tres días.
• Id al-Adha. Día de los sacrificios
• Al-Mawlid al-nabawi. Los lugareños celebran el nacimiento de Mahoma y se celebra el tercer mes del calendario musulmán.
• Jordan Festival. Los enclaves más importantes de Jordania, como por ejemplo Ammán, Petra o Jerash, se visten de gala durante los meses de julio y agosto para celebrar este evento cultura en el que participan tanto artistas nacionales como internacionales.
• Jordan Short Film. Tiene lugar el mes de noviembre en Ammán. Se trata de un festival del cortometraje en el que se presentan tanto producciones nacionales como internacionales.