Holanda: Holanda y Flandes

Una alternativa a tranvías, metros y trenes perfecta para conocer Ámsterdam es la bicicleta. Es el medio de transporte por excelencia en esta ciudad, que a su vez dispone de carriles bici y aparcamientos adaptados por todas las barriadas.

La bicicleta, además, permite recorrer la ciudad en menos tiempo (hay miles de rincones por conocer), supone un respiro para tu cartera y es una forma de hacer ejercicio mientras disfrutas de las vistas. ¡Ponte el casco y súbete ya a una!

Madurodam ofrece la posibilidad de ver el país desde una perspectiva completamente diferente.

En este parque temático situado en La Haya (a unos 50 kilómetros de Ámsterdam), te sentirás un gigante contemplando las maquetas a escala 1:25 de campos de tulipanes, la estación de ferrocarriles, jardines impresionantes, flotas de aviones, plazas y mercados de quesos, pasos de peatones emblemáticos de la ciudad...

Con más de 40 km de longitud, el puerto de Rotterdam el complejo industrial más grande de Europa. Por si fuera poco, es considerado el cuarto puerto del mundo en lo que a tránsito de toneladas de mercancías se refiere. Entre 1962 y 2004 fue considerado el puerto más grande del mundo, desde entonces superado por Shanghai.

Anualmente transitan una media de 400 millones de toneladas de mercancías, aunque la mayoría solo están de paso. La mejor forma de apreciar su esplendor es mediante alguno de los barcos que lo recorren en diversos trayectos. Navegan a lo largo del Nieuwe Maas y el trayecto dura entre una y dos horas, dependiendo de dónde quieras llegar del puerto. Actualmente, se está construyendo una nueva zona para aumentar su tamaño.

Museos navales, de dinosaurios, de inventos, de libros... eran ideas demasiado comunes para esta ciudad. Brujas decidió dar un paso más y construir el Frietmuseum, el primer museo dedicado única y específicamente a la patata frita.

Situado en el Saaihalle, uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de Brujas, el museo contiene fotografías de tubérculos de todos los tipos y procedentes de todas partes del mundo, así como un repertorio de interesantes obras de arte (pinturas de famosos puestos belgas de patatas fritas) y una colección extensa de freidoras retro y otros artilugios utilizados antiguamente para la manipulación de patatas. La historia empieza con una patata en América del Sur y continúa hasta llegar a la patata que acabó bañada en aceite caliente. De hecho, el eslogan del museo reza: “de patata a frita”. En el recorrido, se acaba con una degustación de las patatas fritas con una buena cerveza y un plato de carne. El museo suele gustar a todas las personas del mundo… excepto a los franceses. Los galos tienen abierta una “disputa” moral sobre quién inventó la patata frita y ambas naciones llevan "batallando" desde hace años por aclarar la duda. De momento, torcemos la lanza en favor de Bélgica, que suma un punto valioso teniendo un museo dedicado a ella.

La lonja de la carne de Gante, también llamada Groot Vleeshuis, data del siglo XV y fue diseñado por Gilles De Suttere. Su peculiar estructura, compuesta en mayor parte por vigas, viene dada por la necesidad en la antigüedad de asegurar la frescura y la calidad de la carne dentro de la lonja.

Actualmente, sigue siendo mercado pero hace también las veces de restaurante, lugar de degustación y bar de tapas, dando la posibilidad tanto de probar como de adquirir las delicatessen gantesas. No dudes en acompañar tu degustación con una buena mostaza belga, imprescindible para la cata.

La Grand Place no es solo el centro neurálgico de Bruselas, sino que además es una de las plazas más emblemáticas de Europa. Declarada como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, este concurrido punto de encuentro te ofrece la posibilidad de degustar una cerveza belga frente a edificios históricos como el Ayuntamiento, la Maison du Roi o Le Pigeon.

Pero no solo la cerveza es emblema de esta mítica plaza. Los dulces están presentes también en los rincones de la Grand Place con bombones y Chocolate Godiva, una de las tiendas más famosas del mundo por la calidad de su chocolate. Si te acercas al escaparate, asistirás a la preparación por parte de un maestro chocolatero de una apetecible combinación de fresas bañadas en chocolate. ¡Será difícil resistir la tentación! Es el lugar idóneo para desconectar tras una intensa jornada de paseo, sentado observando la magnitud de la arquitectura bruselense.

El Manneken Pis se ha convertido en un elemento representativo y apreciado de Bruselas. La estatua de un niño de 60 cm orinando en la pila de una fuente es punto de encuentro obligado para todos los visitantes y seguro que no dudarás en sacar la cámara para inmortalizar el momento, entre risas.

Existen varias leyendas respecto al significado de la escultura del Manneken Pis. La primera de ellas relata que el niño apagó de esta original manera una mecha encendida y salvó a la ciudad de un pavoroso incendio. La segunda leyenda cuenta que durante la batalla de Ransbeek, se colgó de las ramas de un árbol la cuna del hijo de Godofredo de Lorena. Mientras la batalla se libraba, el niño saltó de su sitio y apareció orinando en un árbol. Y la última de las historias explica que fue una bruja quien convirtió en roca a un noble que salió de una procesión para orinar, dejándolo allí petrificado para siempre. ¿Con cuál te quedas?

No hay discusión de que en Holanda, Bélgica y Alemania la cerveza es la bebida nacional. Hay centenares de marcas y clases de cervezas diferentes, abadías y monasterios en los que se producía la cerveza y fábricas mundialmente famosas.

En Bélgica, destacan ciudades como Bruselas y Lovaina, donde puedes encontrar cervezas de gran calidad, lugares como el Schaerbeek Museum y locales como la cervecería Delirium en pleno centro de Bruselas, que dispone de hasta 3000 tipos de marcas de cervezas diferentes, entre ellas trapenses y de abadías, y que producen sus propias cervezas. Si no eres de cerveza amarga no te preocupes porque hay opciones para todos los gustos y de todos los sabores: de frambuesa, plátano, de chocolate, de cereza, negra, blanca o de trigo… En Holanda, por supuesto, tienes la fábrica de Heineken, que puede visitarse. Y qué decir de Alemania, con su Oktoberfest, famoso en todo el mundo y su Día oficial de la Cerveza que se celebra el 23 de abril, para recordar que la buena cerveza se hace a base de agua, lúpulo, malta y levadura.