
Francia: Castillos de Loira, Normandía y París
Una ruta por lo imprescindible de París, Loira y Normandía
Conoce el viajeFrancia: Castillos de Loira, Normandía y París
- Duración
- 9 días
- Tipo de circuito
- Circuito


Te proponemos una fantástica ruta por el Valle del Loira, Normandía y París a través de la cual podrás visitar los fascinantes castillos de Chambord, Amboise o Chenonceau nada más poner un pie en Francia. Podrás pasear por los coloridos jardines de Villandry, que no te cansarás de fotografiar, y recorrer las callejuelas medievales de Angers. También tendrás tiempo para admirar las casas de entramados de madera típicas del centro histórico de Vannes. Un viaje a la prehistoria te espera con la visita al Alineamiento de Carnac y el contacto con la naturaleza y el mar llegará en tu visita a Concarneau, Quimper y demás pueblos costeros de Bretaña.
“Con el circuito Castillos del Loira, Normandía y París recorrerás bellísimas ciudades medievales, entrarás a Castillos de película y visitarás los monumentos más emblemáticos de la capital francesa”
Con el circuito Castillos del Loira, Normandía y París también te descubriremos los bellísimos paisajes normandos, empezando por una visita a la impresionante fortaleza medieval de Saint Michel y la ciudadela marítima de St. Malo, antiguo nido de corsarios. Antes de partir hacia París, te espera una jornada en las históricas Playas del Desembarco, que el 6 de junio de 1944 fueron testigo del desembarco aliado que dio inicio a la “Operación Overlod” y la consiguiente liberación de Francia durante la II Guerra Mundial. La última etapa de este viaje te llevará hasta la ciudad de la luz. En la capital francesa podrás visitar sus monumentos más icónicos, como la Catedral de Nôtre Dame, el Palacio de Versalles, el Barrio Latino, los Campos Elíseos o la Ópera de Garnier, además de disponer de tiempo libre para recorrer la ciudad a tu aire y sentarte a tomar algo en sus pintorescos cafés. ¿Preparado para la aventura?
Emociones nuevas en tu viaje
Puedes recorrer sus lugares históricos, disfrutar de sus mejores vistas y tratar con sus amigables habitantes, pero si te vas de la Bretaña francesa sin probar su cocina… no podrás decir que has estado aquí.
La Bretaña ofrece diversas y recomendables opciones para degustar sus platos típicos. Las crêpes y galettes son dos de las especialidades de la región. ¿La diferencia? La harina. Mientras que la crêpe se hace con harina de trigo blanco, la galette se elabora con trigo sarraceno, una harina mucho más oscura. Además, esta última se come con condimentos salados mientras que la crêpe es un postre. Si nos centramos en el mar, las ostras son las reinas. La población de Cancale trae las mejores y existen mil lugares donde poder degustarlas por un módico precio. Tampoco te puedes olvidar de probar los moules-frites, una original composición formada por mejillones y patatas fritas.

“Nés avec de l’eau de mer autour du cœur” (“nacidos con el agua de mar alrededor del corazón”) es el lema de los bretones. De ahí que su cultura gastronómica marina sea tan alta y rica. Además, los precios del marisco son asequibles para todos los bolsillos.
Al acabar, si quieres seguir la tradición, tira las conchas de nuevo al mar y agranda el ‘’cementerio de conchas’’.
Bretaña es región de música y arte como reflejan los numerosos festivales culturales que tienen lugar durante todo el año en diferentes ciudades bretonas. Desde torneos medievales a batallas de hip-hop, desde música tecno a música celta tradicional… todo tiene cabida en Bretaña porque lo importante es la música y miles de personas no pueden estar equivocadas. Mira si no eventos como el festival Intercelta de Lorient y el Vieilles Charrues de Carhaix a los que llega gente de todo el mundo o Filets Bleus de Concarnea y el Festival de Cornuaille en Quimper, una oda a la música tradicional y a la cultura bretona, sin lugar a dudas, la cita más grande del folklore bretón.
Hay ciudades que aprovechan su patrimonio medieval como escenario para celebrar fiestas y recordar tiempos remotos, como en Dinan, Vannes o Josselin. Y otras que se adelantan a las tendencias musicales para anunciarlas a todo el mundo como las Transmusicales de Rennes. Cada año, en la región occidental de la región se realizan los tradicionales Fest-noz, fiestas nocturnas con comida, música y danza organizadas por las ciudades de la región y en las que los participantes bailan y cantan al son de la música con los trajes tradicionales. Su importancia es tal que han sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

La cultura marinera de Bretaña también se refleja en sus festivales como las fiestas de Brest, consideradas el mayor evento marítimo del mundo, con espectáculos en mar y en tierra; el Festival de las Redes Azules de Concarneau, las fiestas marineras más antiguas de Bretaña; o la Semana del Golfo del Morbihan.
Hablar del valle del Loira es hablar de Leonardo da Vinci.
El genio del Renacimiento viajó a Francia invitado por el rey Francisco I en 1516 quien le regaló un castillo a orillas del río, el de Clos Lucé, en la localidad de Amboise, donde pasó los últimos tres años de su vida. La que fuera su residencia es hoy el Parque Leonardo da Vinci, un lugar para visitar y conocer mejor al genio, cómo vivía, cómo pensaba y qué inventaba. En el palacio puedes ver maquetas de sus inventos a tamaño real y sentarte en un banco bajo el árbol que le daba sombra en el jardín de palacio. Muy cerca de CLos Lucé se levanta el fabuloso Castillo Real de Amboise, residencia del monarca; un lugar que tampoco deberías perderte.

Los restos de Leonardo Da Vinci reposan en la capilla de Saint-Hubert, en el castillo de Amboise. Pero… ¿es esto cierto? En realidad podría estar vacía, ya que la tumba reza: ‘’Aquí se cree que reposan los restos de Leonardo da Vinci’’.
Los viñedos del Valle del Loira se extiende a lo largo de todo el río. El valle produce variedades como la uva sauvingnon y la uva chenin con las que se producen, sobre todo, vinos blancos; y la muscadet, cabernet franc y gamay que se destina a los tintos. En el Valle del Loira hay casi un centenar de denominaciones que protegen el origen de los vinos.
El turismo enoturístico ha adquirido suma importancia en estas tierras y muchas de las ciudades de regiones cercanas al Loira están acuñadas bajo la ‘’ruta del vino’’. Al igual que con los quesos, la gama de vinos es muy extensa. Desde tintos o rosados a dulces o licorosos pasando por semisecos o de aguja. Hay un vino para cada paladar. Las Maisons des Vins (Casas del Vino) son una parada obligatoria en las que podrás disfrutar no solo de una cata, sino también de la experiencia de visitar las bodegas y los viñedos.

Los viñedos del Loira se extienden a través de Sancerrem, Nantes, Anjou, Saumur, Touraine y Orleanesado y producen vinos como Bourgueil, Chinon, Vouvray, Muscadet, Saumur-Champigny, Menetou-Salon o Savennière.
Lo más normal es tomar el vino de pie o sentado, de forma relajada para apreciar bien su sabor. Sin embargo, el primer fin de semana de septiembre, Vignes, Vins y Randos invitan a descubrir sus viñedos de una forma algo más peculiar: en bicicleta. Y no es una ruta concreta no, hasta 16 rutas puedes elegir en tu paseo a dos ruedas para visitar los terrenos vitícolas.
Si hay algo por lo que son conocidos los franceses es por sus quesos y en el Loira también están orgullosos de ello.
Hay cientos de variedades de queso. Curados, frescos, cremosos, con ceniza, de vaca, de oveja, en forma de rulo, cuadrados o redondos… Todos son especiales, con un aroma y un sabor que vuelven locos a los amantes de los quesos. Quesos como el Crottin de Chavignol, Sainte-Maure-de-Tourine, Curé Nantais, Olivet Cendré, Sainte-Maure-de-Touraine o Valençay, y aunque sus nombres pueden ser difíciles de recordar, su sabor no lo olvidarás.

En España lo frecuente es comer queso como aperitivo o en el bocadillo, sin embargo, en Francia, no hay carta de restaurante que no tenga entre los postres una variedad de quesos. A veces te los traerán cortados y en número limitado y otras te pondrán sobre la mesa una estupenda bandeja de quesos para que te sirvas los que más te gustan.
La Ciudad de la Luz cuenta con rincones y monumentos únicos que hablan al viajero de la gloriosa historia de Francia. Uno de ellos es el famoso Arco del Triunfo, una obra colosal que rinde homenaje a la gloria humana y a la grandeza del pasado. De estilo neoclásico, el imponente Arco fue construido para ilustrar las victorias del ejército francés capitaneado por Napoleón.
Desde este lugar emblemático, comienza un paseo de ensueño que atraviesa los dos kilómetros que, en perfecta geometría, te ofrecen Les Champs-Élysées. ¡No dejes de subir los 284 escalones que te harán descubrir una vista sin precedentes de la célebre pirámide de cristal que descuella desde el Louvre! Panorámicas únicas a 50 metros de altura que aúnan un pasado glorioso con la vanguardista visión de los rascacielos de La Défense. ¡No te lo pierdas!

En la base del Arco del Triunfo se encuentra la tumba dedicada al Soldado Desconocido. Este monumento fue erigido en 1921 haciendo honor a todos los soldados franceses caídos durante la Primera Guerra Mundial y que nunca fueron identificados. Una llama siempre encendida rememora a estos héroes anónimos que perdieron su vida defendiendo los valores de su patria.
Cuando la ves por primera vez, en vivo y frente a ti, te sorprende su tamaño. Solo 77 cm x 53 cm. Pero la obra de Leonardo da Vinci bien vale la visita al Museo del Louvre. Este museo, uno de los más importantes del mundo, recibe todos los años más de ocho millones de visitas.
Data de finales del siglo XVIII y supuso toda una revolución cultural, ya que daba acceso al pueblo al disfrute de las obras de arte, reservadas hasta entonces a las clases dirigentes. En su interior reconocerás pinturas tan emblemáticas como La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix, La última cena, de Leonardo da Vinci o La balsa de la Medusa, de Théodore Géricault. Destacan grandes esculturas como La victoria de Samotracia, La venus de Milo o El esclavo moribundo, obra de Miguel Angel. Pero el Louvre también es un ejemplo de evolución arquitectónica y rupturismo, representado por una gran pirámide de cristal, construida en 1989, que es utilizada como puerta de acceso y que rompe con la estética de los regios palacios.

La colección del Louvre suma 300.000 obras anteriores a 1948, de las que se exponen aproximadamente 35.000. Están organizadas por colecciones: antigüedades de Oriente Próximo, egipcias, griegas, romanas, itálicas y etruscas; artes de Oriente Próximo y Egipto, y el Islam; esculturas de Francia y Europa; pinturas de Francia, Europa del Norte, Italia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos; dibujos, grabados y estampas de Europa, y artes de África, Asia, Oceanía y América.
El museo dispone de tres entradas: Pyramid y Galerie du Carrousel, Passage Richelieu y Porte des Lions. Debido a las medidas de seguridad, se recomienda no llevar maletas y equipaje al museo. Solo se admite el equipaje que no exceda de 55 x 35 x 20 cm y debe colocarse en los armarios después de haber sido comprobado.
Disfrutar de un crucero por el Sena es irresistible. Observar la Torre Eiffel, el Louvre o la catedral Notre-Dame desde el río es una experiencia que no te puedes perder. Por si fuera poco, los barcos suelen disponer de auriculares con traducción a múltiples idiomas para que no pierdas detalle de la historia de París. Un viaje donde la imaginación juega un papel muy importante.
Bateaux Parisien es la agencia que se encarga de las excursiones en barco por el río y te ofrece dos opciones de salida, desde la Torre Eiffel o desde Notre-Dame. Un barco totalmente acristalado y con la cubierta superior al aire libre será tu medio durante este desplazamiento fluvial. Si lo deseas, podrás acompañar este recorrido con un excelente menú servido a bordo. ¿Todavía tienes dudas de subir a bordo?

El paseo ofrece una variedad musical que evoca las épicas historias que vas escuchando durante la travesía. Toda una experiencia auditiva y visual. Pero no sólo eso, ya que la compañía también ofrece un ‘’crucero cuentacuentos’’ que maravillará a los más pequeños de la casa. Dos duendecillos ofrecen en el mismo barco un espectáculo musical que hará los niños no pierdan detalle de las sorpresas que les esperan.
El plan de viaje a tu alcance
- Alojamiento
- París
- Desayuno, almuerzo y cena.
- Villandry
- Angers
- Vannes
- Desayuno, almuerzo y cena.
- Carnac
- Concarneau
- Quimper
- Desayuno y almuerzo.
- Dinan
- Monte Saint-Michel
- Saint Malo
- Abadía de Mont Saint-Michel
- Desayuno y almuerzo.
- Arromanches-Les-Bains
- París
- Desayuno.
- París
- Panorámica de París
- Desayuno.
- París
- Desayuno.
- París
¿Quieres saber más de Francia?
Un viaje perfecto se completa con una deliciosa gastronomía. Un tema del que Francia puede presumir, ya que los deliciosos platos salidos de sus fogones han influenciado a medio mundo. La cocina y la extensa, variada y rica dispensa de la que se nutre es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la seductora potencia gala. En las principales ciudades del país podrás contemplar un sin fin de establecimientos cuidados hasta el último detalle y rendidos a la comida, en cualquiera de sus formas. ¡Y qué decir de sus siempre animados, coloristas y bulliciosos mercados! Panaderías y pastelerías y coquetas cafeterías despiertan al viajero con el clásico café acompañados de los deliciosos cruasanes. A la hora de comer, los típicos “bistrós”, bares y restaurantes con estilo te introducirán en un universo gastronómico fascinante que abarcan desde recetas tradicionales a las últimas propuestas de la “cocina creativa”. Y todo ello aderezado magistralmente con el buen gusto francés.
Los que quieran darse un homenaje culinario, encontrarán en el país galo una gran lista de restaurantes galardonados con Estrella Michelin. Todo ello aderezado con vinos, licores y cervezas de fama mundial, como los de la región del Valle del Loira y las principales áreas vinícolas del suroeste de Francia. ¡Disfruta de una cata de vino en sus centenarias bodegas! En los últimos años, el país ha impulsado diferentes iniciativas para acercar su afamada cocina a los visitantes. De este modo, se organizan tours gastronómicos y cursos de cocina que te permitirán cocinar junto a experimentados chefs algunas de las recetas más célebres del país.
Francia es uno de los destinos de compras más interesantes del mundo y uno de sus principales reclamos turísticos. El país es famoso por su arte, su cultura, su gastronomía, sus artículos de moda... Importantes ciudades como la capital de París están vinculadas fuertemente con la industria de la moda y el diseño, desplegando en sus elegantes y concurridas arterias comerciales un abanico de tiendas que apabullan al viajero por su elegancia, diversidad y calidad. ¿Te imaginas un lugar mejor para disfrutar de una divertida jornada de shopping?
No te lo pienses más y renueva tu armario acudiendo a los centros comerciales, las tiendas con encanto, las boutiques, los comercios tradicionales… Los famosos outlets son ideales para encontrar auténticas joyas textiles a precios imbatibles. En los últimos años, los principales centros comerciales y grandes almacenes han ido incorporando a su portfolio de servicios a sus clientes el acceso a un personal shopper.
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