Viaje a China: Circuito Monte Wutai

Día 1: España – Beijing. Comienza la gran aventura

Hoy es un día muy especial, y en el ambiente se percibe que algo está a punto de ocurrir. ¡Nos vamos a China! El gran viaje de nuestras vidas va a dar comienzo en solo unas horas…

Antes de eso, tendremos que ir al aeropuerto, facturar el equipaje y pasar los controles de seguridad. Después de hacer todos esos trámites, podremos embarcar en el avión, ponernos cómodos y disponernos a surcar los cielos con destino a Beijing, la gran capital de China. El viaje será largo y pasaremos toda la noche a bordo, así que lo mejor será aprovechar esas horas para dormir. ¡Mañana será otro día!

Día 2: Beijing. Una llegada inolvidable

Al despertar, veremos a nuestro alrededor los asientos, pasillos y pasajeros del avión en el que hemos pasado la noche, y con el que hemos recorrido los miles de kilómetros que separan España de China. ¡Ya no queda nada para aterrizar en el aeropuerto internacional de Beijing!

Cuando, por fin, tomemos tierra en la capital del país, podremos recoger nuestras maletas, pasar el control de la aduana y empezar a pisar suelo chino a nuestras anchas. En el aeropuerto habrá una persona esperándonos, con el objetivo de darnos la bienvenida y trasladarnos a nuestro hotel. Al llegar, haremos el check in y nos instalaremos en la habitación.

Después, y hasta el final del día, contaremos con tiempo libre para hacer lo que queramos. Podremos quedarnos descansando, salir a dar un paseo o curiosear por las instalaciones del hotel. ¡Lo que más nos apetezca!

Día 3: Beijing. Los imprescindibles de Beijing

Empezaremos nuestro recorrido por lo mejor de la capital china visitando la Ciudad Prohibida, un lugar llamado en realidad Museo del Palacio Imperial, pero que recibe ese sobrenombre porque antiguamente solo la Familia Real y los miembros de la corte podían entrar en su interior. Corría el año 1406 cuando el emperador Yong Le mandó construir este complejo palaciego, y no fue hasta 1911 cuando dejó de ser la residencia oficial de los emperadores de China. Su superficie es de alrededor de72 hectáreas, está rodeada de un imponente foso, y entre todos los edificios que forman parte de la Ciudad Prohibida suman más de 9.000 habitaciones. Los puntos clave que todo viajero debería visitar dentro de este lugar son el Salón de la Armonía Suprema, el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Armonía Conservada.

La Plaza de Tiananmen será nuestra siguiente visita; se trata de una enorme explanada de 44 hectáreas de superficie, cuyo nombre significa ‘Plaza de la Puerta de la Paz Celestial’, porque así es como se llama, precisamente, la puerta que comunica la plaza con el Palacio Imperial. En Tiananmen podremos admirar varios edificios de gran importancia histórica, cultural y monumental, tales como el Museo Nacional de Historia y de la Revolución, el Gran Palacio del Pueblo, el Monumento a los Héroes del Pueblo, la Torre de Tiananmen o el Mausoleo de Mao Zedong. Que el monumento funerario de este personaje se encuentre aquí no es casualidad: fue Mao quien convirtió la Plaza de Tiananmen en el lugar más destacado, no solo de Beijing, sino de todo el país. El 1 de octubre de 1949, en este mismo escenario, Mao Zedong proclamó la República Popular China.

Antes de regresar al hotel para pasar la noche, iremos a visitar el Palacio de Verano, un espectacular conjunto arquitectónico que sirvió de residencia estival para generaciones y generaciones de la familia imperial china. Sus edificios, sus jardines y su gran número de pabellones, teatros y puentes fueron argumento más que suficiente para que, en 1998, la UNESCO lo declarara Patrimonio de la Humanidad.

Día 4: Beijing. Boquiabiertos ante la Gran Muralla China

Saber que la actividad estrella de la jornada consiste en visitar la Gran Muralla China será una motivación más que suficiente para saltar de la cama en cuanto escuchemos el sonido del despertador… Después, bajaremos a disfrutar del desayuno estilo buffet del hotel y nos pondremos en marcha.

El punto concreto que iremos a visitar se encuentra a unos 70 kilómetros de Beijing, y una vez allí podremos admirar, boquiabiertos, este prodigio de la arquitectura. La Gran Muralla China cuenta con más de 2.000 años de antigüedad, y se construyó como medida de protección contra las beligerantes tribus del norte, a saber, mongoles y manchúes. En el momento de su construcción, medía más de 20.000 kilómetros de largo, aunque actualmente se mantienen en pie aproximadamente la mitad. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, y forma parte del selecto grupo de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, honor que comparten el Taj Mahal, la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro, el Coliseo de Roma, la ciudad jordana de Petra, Machu Picchu y Chichén Itzá.

El almuerzo forma parte de las actividades incluidas en la jornada y, después de comer, pasaremos por el Parque Olímpico, en el que conoceremos algunos de los edificios construidos expresamente para los Juegos que se celebraron en Beijing en 2008. Por ejemplo, el Estadio Nacional, un impresionante complejo deportivo apodado “Nido de Pájaro” por su aspecto exterior, que efectivamente hace pensar en un nido por el gigantesco enrejado de acero que lo rodea. También veremos el Centro Acuático Nacional, en el que se disputaron todas las competiciones de piscina. Este estadio es conocido como “Cubo del Agua”, ya que miles de burbujas adornan su exterior.

La última actividad de la jornada consiste en una deliciosa cena de bienvenida, en la que seremos agasajados con uno de los platos más conocidos y deliciosos de la gastronomía china: el pato laqueado al estilo de Beijing. ¡Que aproveche!

Día 5: Beijing – Datong. Descubriendo las famosas Grutas de Yungang

No nos cabe duda de que las experiencias vividas durante los últimos días en Beijing han sido realmente inolvidables, pero ahora ha llegado el momento de dejar atrás la capital y continuar con nuestro gran viaje por China.

Después de disfrutar de un delicioso desayuno estilo buffet en el hotel, nos dirigiremos a la estación para tomar un tren de alta velocidad con destino a la ciudad de Datong, en la provincia de Shanxi. Al llegar, nos llevarán a conocer un espectacular enclave conocido como las Grutas de Yungang. Este conjunto de cuevas talladas en la piedra de una montaña se halla a unos 16 kilómetros de Datong, y fue creado por la civilización Wei del norte.

Este pueblo era en origen bárbaro, pero poco después de convertirse al budismo empezó a construir estas grutas y a llenarlas de esculturas de Buda. Actualmente, se pueden visitar 53 cuevas, que suman la friolera de 51.000 esculturas, en distintos tamaños y estados de conservación. Después de conocer las Grutas de Yungang, será la hora de poner rumbo a nuestro nuevo hotel, registrarnos y retirarnos a descansar.

Día 6: Datong – Monte Wutai. En la China Milenaria

Un nuevo día de nuestro gran viaje a China comienza, y lo recibiremos de la mejor forma posible: disfrutando de un delicioso y nutritivo desayuno estilo buffet en el hotel. Una vez que hayamos terminado de dar buena cuenta de él, visitaremos el Monasterio de Xuangong, también conocido como Templo Colgante, ya que sus pabellones están construidos siguiendo el contorno de una montaña. Cuenta con alrededor de 1.400 años de antigüedad, y constituye una visita verdaderamente memorable.

Después de conocer el Monasterio de Xuangong, nos pondremos de nuevo en marcha para dirigirnos, por carretera, hacia el Monte Wutai, nuestro siguiente destino. Se trata de un lugar muy especial, repleto de templos budistas de un valor histórico incalculable. Pero para conocerlo en profundidad tendremos que esperar hasta mañana; cuando lleguemos a Monte Wutai, será hora de registrarnos en el hotel y retirarnos a descansar.

Día 7: Monte Wutai – Pingyao. Los templos budistas de Wutaishan

Hoy tenemos por delante un día especial, nos dirigiremos al Monte Wutai, un enclave increíble formado en realidad por cinco mesetas, la más alta de las cuales alcanza los 3.000 metros sobre el nivel del mar, que están llenas de templos y monasterios de gran antigüedad y belleza.

Tendremos la oportunidad de conocer algunos de los santuarios más importantes del lugar, como el Templo Pusading, muy colorido y de una belleza incomparable; el Monasterio Xiantong, con una superficie total de 80.000 metros cuadrados; el Templo Foguang, uno de los más antiguos y mejor conservados de la dinastía Tang, y el Templo Nanchan, que está considerado la construcción de madera más antigua de todo el mundo.
Merece la pena destacar que en este lugar llegaron a existir más de 200 templos y monasterios, aunque actualmente solo se conservan unos 50. Lo pintoresco del entorno, la belleza de los santuarios y la importancia histórica y cultural de este enclave propiciaron que, en 2009, la UNESCO declarara Wutaishan Patrimonio de la Humanidad.

Después de visitar este mágico lugar y de disfrutar de un suculento y merecido almuerzo, continuaremos nuestro viaje dirigiéndonos por carretera hacia, un lugar repleto de sorpresas que, sin duda, llenará nuestra memoria de recuerdos imborrables y la ciudad donde pasaremos la noche.

Día 8: Pingyao – Xi'an. Una visita al primer banco de China… Y mucho más

Hoy será el día en que digamos adiós a la preciosa ciudad de Pingyao y pongamos rumbo a nuestro siguiente destino, Xi'an.

La preciosa ciudad de Pingyao, es un lugar repleto de sorpresas que, sin duda, llenará nuestra memoria de recuerdos. Recorreremos su bonita Ciudad Antigua, que ostenta la categoría de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1997, en conjunto con los templos budistas de Shuanglin y Zhenguo, ubicados a poca distancia. La arquitectura de la Ciudad Antigua de Pingyao es sobresaliente, ya que mezcla distintos estilos, consecuencia del paso de los siglos y de las tendencias. Desde el estilo han tradicional hasta el contemporáneo, podremos admirar los edificios históricos que abundan en las calles de Pingyao. La ciudad antigua es un dédalo de callejuelas repletas de pequeños comercios, templos encantadores y rincones de lo más pintoresco, todo ello rodeado de una muralla.

A continuación visitaremos dos enclaves de la ciudad muy destacados: la Casa de Cambio Rishengchang y la calle Ming y Qing. El primero de ellos, está considerado el primer banco de China. Hoy en día es un museo, pero cuando fue creado, en 1823, su finalidad era muy similar a la de los bancos actuales. De hecho, Pingyao era el centro bancario y financiero más importante de China, y la Casa de Cambio Rishengchang se convirtió en todo un símbolo del poder económico de la ciudad. Ciudad en la que, por cierto, los tejados de las casas están pintados de amarillo, verde y gris, dependiendo de si sus habitantes eran nobles, clérigos o si, por el contrario, no tenían privilegio alguno. Tras la visita a la Casa de Cambio Rishengchang, iremos a conocer la calle Ming y Qing, que recibe su nombre por las dos dinastías principales que gobernaban China. Es la arteria principal de Pingyao en lo que respecta a la actividad comercial, y en ella podemos encontrar la Torre de la Ciudad, el edificio más alto del casco histórico.

A continuación, nos dirigiremos a la estación de ferrocarril, donde tomaremos un tren de alta velocidad con destino a Xian, una de las ciudades más pobladas y relevantes de China. Allí pasaremos las dos próximas noches, y tendremos la oportunidad de conocer algunos de sus puntos clave, fundamentalmente el Museo de Guerreros y Corceles de Terracota. Xian es la capital de la provincia de Shaanxi, se encuentra en la región central del país y puede presumir de haber sido el punto de partida de la Ruta de la Seda, además de la capital del país. Cuando lleguemos a esta ciudad, que cuenta con más de 3.000 años de historia, iremos directamente al hotel para instalarnos y subir a las habitaciones a dormir.

Día 9: Xi'an. Nunca olvidaremos esta jornada…

¡Buenos días! Esta jornada viene cargada de experiencias viajeras de primer nivel, así que lo mejor será aprovechar al máximo el desayuno estilo buffet que nos brinda el hotel de Xian. Cuando hayamos terminado, nos dirigiremos a uno de los puntos clave de todo nuestro viaje a China: el Museo de Guerreros y Corceles de Terracota.

Ubicado a unos 35 kilómetros al noreste de la ciudad, este lugar forma parte del impresionante mausoleo del emperador Qinshihuang, y alberga un ejército compuesto por 7.000 guerreros tallados en terracota a tamaño natural. No contento con eso, el emperador también mandó hacer un gran número de corceles y carros de guerra. Esto ocurrió en el siglo III antes de Cristo, y poco después todo este recinto quedó abandonado y olvidado. Fue descubierto por casualidad en 1974, y desde entonces no solo ha obtenido el estatus de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sino que se ha convertido en uno de los lugares más alucinantes de todo el país, y visita obligada para todos los viajeros que pasan por la región central de China.

Después de contemplar boquiabiertos el ejército de terracota, repondremos fuerzas con un buen almuerzo y, a continuación, iremos a visitar los demás enclaves representativos de Xian. Comenzaremos con la Pagoda de la Oca Silvestre, que se halla en el Templo Jianfu. Este santuario budista sorprende por su belleza y por su gran altura. Antes de volver al hotel para pasar la noche, todavía tendremos tiempo de pasar por el barrio musulmán de Xian, con el objetivo de visitar la Gran Mezquita. Gracias a sus 13.000 metros cuadrados de superficie, este templo islámico construido en el siglo VIII es uno de los más grandes de toda China.

Día 10: Xi'an – Shanghai. ¡Hasta la próxima, Xian!

Un nuevo día comienza en nuestra fabulosa aventura por tierras chinas, y este vendrá marcado por un nuevo cambio de ciudad. Después de disfrutar del desayuno estilo buffet del hotel de Xi'an, nos despediremos de todo lo que hemos visto y vivido aquí y nos dirigiremos al aeropuerto, donde nos estará esperando un avión para llevarnos hasta Shanghai, nuestro siguiente destino. Esta ciudad es la más grande y poblada de China, además de la más abierta, moderna y cosmopolita. Y lo que nos espera allí es toda una colección de experiencias realmente inolvidables…

En cuanto pongamos los pies en Shanghai, nos recogerán y nos llevarán a visitar los puntos clave de una ciudad sin igual. Empezaremos por los Jardines Yuyuan, un enclave donde la historia se da la mano con la belleza más pura. Ubicados al norte de Shanghai, estos jardines son un conjunto de praderas, pabellones y estanques construidos durante el reinado de la Dinastía Ming, en el siglo XVI. Pasear por ellos constituye una experiencia placentera, relajante y enormemente enriquecedora.

A continuación, iremos a visitar el Templo del Buda de Jade, un singular santuario dedicado al culto budista. En su interior se encuentran dos enormes esculturas de Buda, una de ellas en posición sentada y la otra recostada. El siguiente punto de nuestra lista es el malecón de la ciudad, también llamado Bund. Se trata de un paseo de unos dos kilómetros de longitud que discurre junto a la ribera del río Huangpu, y en el que se levantan varios edificios de estilo colonial. Estas bellas construcciones contrastan con los modernos rascacielos de cristal y de acero que se pueden ver al otro lado del río, en el vanguardista distrito de Pudong. Tras estas interesantes visitas, nos trasladarán al hotel de Shanghái, donde podremos instalarnos y disfrutar de una noche de sueño reparador.

Día 11: Shanghai. Un día libre en la ciudad más apasionante de China

Todos merecemos tener un día libre de vez en cuando, ¿verdad? Pues ese día ha llegado, y la buena noticia es que coincide con nuestra estancia en Shanghai, una de las ciudades más alucinantes, divertidas y únicas del mundo.

Desde que terminemos de desayunar, y hasta que llegue la hora de regresar al hotel para pasar la noche, gozaremos de plena libertad para hacer lo que más nos apetezca. Aunque ayer ya visitamos los lugares más representativos de la ciudad, hay muchos otros enclaves que se quedaron en el tintero, como el Museo de Arte de Shanghai, el Centro de Exposiciones de Urbanismo, el Gran Teatro de Shanghai, la Plaza del Pueblo, el museo de la ciudad o las irresistibles callejuelas del barrio francés.

La ingente cantidad de tiendas y centros comerciales también nos garantiza que ir de compras será una buena idea, mientras que los más dormilones podrán aprovechar para levantarse tarde y quedarse remoloneando en el hotel.

Día 12: Shanghai – España. Todo lo bueno se acaba

El día en que bajamos del avión y nos encontramos pisando suelo chino por primera vez parece muy lejano, ¿no es así? Una inmensa colección de experiencias y de emociones ha llenado nuestra agenda viajera, y las imágenes que hemos atesorado a lo largo de esta aventura ya forman parte de nuestra memoria. Pero todo lo bueno se acaba, y ha llegado el momento de despedirse de todos esos lugares que nos han hecho tan felices: Beijing, Datong, el Monte Wutai, Pingyao, Xian, Shanghai…

Después de desayunar por última vez en el hotel de Shanghai, y cuando llegue la hora acordada, seremos trasladados al aeropuerto de la ciudad. Allí habrá un avión listo para despegar y llevarnos de regreso a casa. Ya solo queda echar la vista atrás y rememorar todos esos momentos que hemos vivido en China, con la esperanza de poder volver pronto a este inolvidable país.