Día 3: Beijing. Recorriendo los puntos clave de la ciudad
RÉGIMEN
Desayuno. Comida.
Transporte
Autocar, minibús o van
Visitas
Panorámica de Beijing
Debemos aprovechar a fondo el suculento desayuno del hotel para cargar energía, ya que disfrutaremos de una intensa e inolvidable jornada. Empezaremos por la Ciudad Prohibida, icono de la capital de la República Popular China y exclusivo reducto de lujo para las familias imperiales, sus respectivas cortes palaciegas y pocos, muy pocos, privilegiados de la ciudad: nadie más que ellos podía vivir o entra en ella, cuyo verdadero nombre es el de Museo del Palacio Imperial (o Palacio Imperial).
Los no agraciados (al menos, en la actualidad se puede visitar) no podían asombrarse ante un espectacular despliegue que se empezó a construir en 1406 por mandato del emperador Yong Le: 980 edificios, más de 9.000 habitaciones, una superficie total de 72 hectáreas… Este superlativo ejemplo de poder imperial mantuvo su condición de residencia oficial imperial hasta 1911, con espacios tan distinguidos como el Salón de la Armonía Central, el Salón de la Armonía Suprema y el Salón de la Armonía Conservada.
El día continúa de manera excepcional con la llegada a la Plaza de Tiananmen, centro histórico y político de Beijing y de toda China en el que se mantiene la pauta de construcciones superlativas, en este caso con una colosal explanada de 44 hectáreas. De gran poder simbólico, su nombre significa “Plaza de la Puerta de la Paz Celestial” por la puerta ubicada en la plaza que comunica Tiananmen con el imponente Palacio Imperial, que es uno de los impresionantes edificios de la zona, en la que también se encuentran el Museo Nacional de Historia y de la Revolución, la Torre de Tiananmen, el Gran Palacio del Pueblo, el Monumento a los Héroes del Pueblo y el Mausoleo de Mao Zedong. Conocida en todo el mundo por eventos como las revueltas populares en 1989, la trascendencia de esta plaza se impulsó al máximo cuando Mao decidió proclamar en este lugar, el 1 de octubre de 1949, la República Popular China.
Las emociones siguen en todo lo alto con la visita al Palacio de Verano (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), una espectacular y bellísima agrupación de jardines, pabellones, edificios, teatros y puentes que se usó, durante años y años, como lugar de descanso y ocio para la Familia Imperial. Toda una experiencia, igual que asistir, si así lo desea, a un espectáculo de acrobacias chinas.