Pero la auténtica Nápoles son sus calles, desde Vía Toledo, una de las calles más largas y comerciales de la ciudad, recorrer el “Quartieri spagnoli” con sus calles estrechas, Piazza del Gesú hasta llegar a la Catedral de la ciudad, donde cada 9 de septiembre se celebra la fiesta en honor a San Gennaro. Recorriendo esta parte de la ciudad encontraremos un gran número de pizzerías. La pizza nació en Nápoles y más concretamente la auténtica pizza Margherita (tomate, mozzarella de la zona de Campania, y albahaca y siempre en horno de leña) y después siempre acompañado de un buen limoncello.
Nápoles, a los pies del volcán Vesubio, fue fundada ya en época griega, pero tras ellos pasaron romanos, bizantinos, normandos, franceses, españoles y austríacos, y de todos ellos nos han ido dejando huellas en la ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad así como en sus alrededores donde podemos visitar uno de los mejores parques arqueológicos de Europa, Pompeya. A diferencia de los restos que encontramos en Roma, en Pompeya vemos como vivían sus habitantes en época romana antes de la erupción del volcán; los negocios, las casas, la urbanización, es único e imprescindible si visitamos Nápoles. Este día se puede acompañar visitando desde el puerto de Nápoles la Isla de Capri, también conocida como la “joya del Mediterráneo” y uno de los lugares dónde suelen acudir los personajes más Vips tanto italianos como internacionales. La isla multiplica su población en los meses de verano pero es interesante para conocer tanto la localidad de Capri como hacer un paseo en barco alrededor de la isla, ver las grutas así como el coral tras las aguas cristalinas de Capri.
Por supuesto, otra visita inigualable estando en Nápoles es la “costiera amalfitana”, el paisaje que se encuentra a unos kilómetros de Nápoles es único en Europa. Toda la zona de Campania es bastante montañosa, por lo que la montaña se junta con el golfo de Salerno. La costiera amalfitana lleva su nombre por la localidad de Amalfí, antigua potencia marítima, es una de la localidades que debemos visitar, dar un paseo, conocer los pequeños negocios y sobretodo la catedral, una mezcla de estilos artísticos donde predomina el árabe -normando junto con gótico y barroco, una joya en el mundo del arte. Entre otras localidades de la costiera encontramos, Maiori, Ravello, Vietri Sul Mare o Positano. Una opción interesante es hacer en barco el trayecto entre Positano a Amalfi y ver desde el mar todo el paisaje de la costa.
Desde Nápoles podemos tomar un Ferry hasta Sicilia. Sicilia es una de las regiones más desconocidas de Italia y sin embargo una de las regiones con mayor y diverso patrimonio de Europa. Podríamos definir Sicilia como la “cuna del mediterráneo”. Sicilia es una isla donde las distancias no son demasiado largas, en unos días podremos recorrerla al completo, aunque la región aún no cuenta con autovías que conecten las ciudades más importantes por lo que tendremos que utilizar carreteras secundarias.
Empezaría visitando la ciudad de Catania, a los pies del volcán Etna, es la segunda ciudad más grande de la región, la ciudad ha sido destruida en numerosas ocasiones por las erupciones del volcán así como por terremotos, pero aun así tiene un gran patrimonio de época barroca y un ambiente universitario interesante.
Otra visita interesante es subir al volcán Etna, no solo por las vistas hacia Catania y el mar, sino para conocer de cerca uno de los volcanes más grandes de Europa, y siempre recomendable una vez arriba subir con el teleférico a la parte más alta, donde iremos acompañados de un guía alpino.
Del Etna podremos visitar la localidad de Taormina, una de las ciudades bonitas de la isla, en ella encontramos un gran teatro griego, un ejemplo de la rica historia antigua de la isla. Visitando Taormina es imprescindible probar la granita, una bebida típica a base de hielo y fruta.
Desde Catania nos podremos desplazar a la ciudad de Siracusa, una de las localidades imprescindibles en Sicilia, segunda colonia griega en Sicilia, la visita de la ciudad nos abarca dos partes, la primera su parque arqueológico, uno de los mejores ejemplos de arquitectura Grecia en Italia, y segundo la parte más antigua de la ciudad, conocida como Ortigia. Entrar en Ortigia es como transportarnos a otra época, será completamente distinto a todo lo que hemos visto y veremos, la luz y el mar, así como sus calles y patrimonio hace que sea una de las ciudades que más gusta de toda la isla.
Continuando por la parte este de la isla y hacía el sur, encontramos dos pequeñas localidades, Noto y Ragusa, muy interesantes y relacionadas con el barroco siciliano, este estilo llegó a la isla con los españoles y concretamente a estas dos ciudades al tener que ser reconstruidas desde cero, debido al terremoto que asoló la ciudad y los alrededores en el siglo XVII.
Los siguientes días los disfrutaremos en la parte occidental de la isla, y donde encontramos grandes influencias árabes, sobretodo en su gastronomía, debido a la proximidad con la costa africana. Allí podremos visitar lugares como El Valle de los Templos de Agrigento, donde se conservan los mejores templos griegos fuera de Grecia.
Si seguimos recorriendo el norte de Sicilia nos encontraremos con otro templo de estilo clásico en Segesta, único porque del pueblo élimo muy poco se sabe. Finalmente llegaremos a la ciudad más grande y capital de la región, a Palermo. Palermo es una de las ciudades más pobladas de Italia y en ella encontraremos una gran cantidad de patrimonio. Debido al buen clima siempre hay gente en la calle, perderse por sus callejuelas, recorrer los típicos mercados de pescado, fruta y verdura que abundan en la ciudad es la auténtica forma de conocerla. Por supuesto, visita imprescindible es su catedral junto con la Capilla palatina de época normanda, la mayor joya artística de la ciudad. Además de la catedral, paseando por sus calles encontraremos un gran número de pequeñas iglesias de diferentes estilos pero cada una de ellas únicas, como la Martorana, Sta. Maria dello Spasimo o San Giuseppe dei teatini.
Al atardecer, las calles de Palermo se transforman en zonas de aperitivo, comer en la calle es lo más típico, puestos de pescado fresco asado, en zonas como la Vucciria,y si os gusta el dulce, un brioche relleno de helado siciliano o una buena granita para acompañar los paseos por esta ciudad única.
Ambos destinos son turíticos pero en ambos aún se conserva su esencia, a diferencia de otras ciudades en Italia como Venecia o Florencia, en Campania o Sicilia aun podemos encontrar pequeños negocios auténticos, podemos ver el día a día de sus ciudadanos, disfrutar de las ciudades sin grandes masas de gente, en definitiva no son "parques de atracciones turísticos”.
Sin duda, tanto Campania como Sicilia son lugares que al menos una vez en la vida se deben visitar.