Viaje a República Checa: Circuito Praga y Polonia al completo

Día 1: España – Praga: Monumentos por doquier

¡Hoy comienza nuestro maravilloso viaje a Praga y a Polonia! Para empezar esta aventura con buen pie, lo más recomendable es llegar al aeropuerto con al menos dos horas de antelación. Así podremos facturar el equipaje y obtener nuestra tarjeta de embarque sin prisas ni sobresaltos. Tras un corto vuelo, aterrizaremos en la capital de la República Checa. Nos estarán esperando para darnos la bienvenida y trasladarnos al hotel para dejar las cosas y refrescarnos un poco. Después, dispondremos de tiempo libre hasta el final del día, que podremos aprovechar saliendo a dar un paseo y tomando un primer contacto con la ciudad. Al caer la noche, regresaremos al hotel para disfrutar de una suculenta cena y una apacible noche de descanso.

Día 2: Praga. Hechizos de 100 torres

Tenemos por delante un apasionante día lleno de experiencias viajeras de primer nivel, así que lo mejor será empezar la jornada con un buen desayuno en el hotel. En cuanto acabemos, dará comienzo una extraordinaria visita panorámica que nos dará la oportunidad de descubrir los monumentos y rincones que han hecho de Praga una de las ciudades más visitadas y mejor valoradas de toda Europa.

Conoceremos la plaza de la Ciudad Vieja, en la que se encuentra el Ayuntamiento, que en su fachada luce el famosísimo Reloj Astronómico. También admiraremos las Iglesias de San Nicolás y Santa María de Týn, así como la plaza de Wenceslao y, por supuesto, el Puente Carlos, todo un emblema de la capital checa.

A la hora de comer, los viajeros que cuenten con la modalidad ‘Todo Incluido’ podrán disfrutar del almuerzo sin coste alguno. Después, tendremos tiempo libre hasta el final de la jornada, que podremos emplear del modo que más nos apetezca: desde paseando a nuestro aire por el centro histórico de Praga hasta asistiendo a una representación teatral, pasando por ir a tomar una cerveza checa a uno de los innumerables pubs de la ciudad o hacer un recorrido por el barrio judío y sus sinagogas.

También existe la posibilidad de realizar una excursión opcional para conocer la “Praga Santa”. Esta actividad incluye una visita al Castillo de Praga, a la Catedral de San Vito, al Palacio Real Viejo y al famoso Callejón del Oro. Cuando la jornada esté tocando a su fin, volveremos al hotel para cenar y pasar la noche. Quienes hayan contratado el paquete ‘Todo Incluido’ podrán disfrutar de la cena sin coste adicional.

Día 3: Praga (opcional a Karlovy Vary): En pleno relax

El día comienza de la mejor manera posible: con un suculento desayuno en el hotel, y con una apasionante propuesta encima de la mesa. O seguimos explorando la maravillosa Praga por nuestra cuenta o realizamos una visita opcional a la ciudad balneario de Karlovy Vary, en la región de Bohemia Occidental.

El balneario está especializado en el tratamiento de afecciones del aparato digestivo y locomotor, diabetes, podagra, obesidad, así como en la rehabilitación después de enfermedades oncológicas y neurológicas. Un total de 13 fuentes termales minerales se usan para el tratamiento mediante la ingesta de agua. La fuente de aguas termales más conocida es el géiser Vřídlo, con una temperatura de 72 °C. Las aguas que emanan de él alcanzan una altura de doce metros.

El balneario Karlovy Vary tomó popularidad por las visitas de grandes personalidades como Beethoven, Francisco José I de Austria, Paganini, Chopin, Mozart, Gogol, Tyl, Purkyně o Freud entre muchos otros. Entre su impresionante conjunto monumental, destacan las bellísimas columnatas construidas alrededor del río Teplá para que los visitantes pudieran dar paseos y beber el agua termal estando protegidos de las inclemencias del tiempo.

Antes de regresar a Praga, dispondremos de unas horas libres en Karlovy Vary para explorar sus instalaciones y admirar su bella arquitectura.

Una vez de vuelta en Praga, iremos directamente al hotel para disfrutar de una merecida noche de descanso.

Día 4: Praga – Olomouc – Cracovia. Destellos artísticos y culturales

Una vez que hayamos terminado de dar buena cuenta del desayuno, será el momento de despedirnos de Praga y ponernos en marcha hacia Cracovia, en territorio polaco. Sin embargo, no iremos directamente, sino que nos detendremos por el camino en Olomuc, una ciudad muy especial que, sin duda, ocupará un lugar privilegiado en nuestra memoria viajera.

Olomuc vivió su época dorada en la Edad Media, ya que en ese periodo de la historia era el principal centro político, cultural y religioso de Moravia. Actualmente, su centro histórico ostenta la categoría de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Cuando lleguemos, dispondremos de tiempo libre para recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad por nuestra cuenta. Algunos de los enclaves que no deberían faltar en nuestro paseo son la Plaza del Ayuntamiento, en la que se encuentra la Columna de la Santísima Trinidad; el Palacio Arzobispal; la Catedral de San Wenceslao; la Iglesia de San Miguel, o la Plaza de Dolni, que alberga varios edificios monumentales, sobre todo la Iglesia de San Mauricio. En ella se encuentra uno de los órganos más grandes de Centroeuropa.

Tras nuestro paso por Olomuc, continuaremos el trayecto hasta Cracovia, una de las ciudades más importantes de Polonia y nuestro siguiente destino. Cuenta la leyenda que esta preciosa ciudad se fundó tras la derrota del dragón de Wawel. Esta bonita historia es la razón de que la ciudad irradie una mítica atmósfera. Se siente en su castillo, pero también en sus iglesias, museos y plazas del casco antiguo. En Kazimierz, el antiguo barrio judío, las sinagogas que sobrevivieron, reflejan la tragedia del siglo XX y sus animadas plazas y calles secundarias simbolizan la renovación del siglo XXI. Tanto aquí como en todo el casco antiguo hay centenares de restaurantes, bares y locales nocturnos.

Cuando lleguemos a Cracovia, tendremos tiempo libre hasta el final del día, que podremos aprovechar dando un primer paseo por esta bellísima ciudad, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Para rematar esta apasionante jornada, disfrutaremos de una exquisita cena en el hotel, seguida de una reparadora noche de descanso.

Día 5: Cracovia. La superviviente

Nuestra sorpresa es Cracovia, la antigua capital de Polonia, una de las ciudades más importantes del país. Gracias al excelente estado de conservación de sus construcciones y a su rico patrimonio artístico y cultural, constituye una de las ciudades más bellas de toda Europa. El casco antiguo de Cracovia conserva hermosas construcciones de estilo gótico, barroco y renacentista gracias a las cuales fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En cuanto acabemos de desayunar en el hotel emprenderemos una interesantísima visita panorámica por la ciudad.

Nos dirigiremos hacia la plaza del Mercado de Cracovia, el corazón de la ciudad, un lugar que resulta agradable recorrerlo tanto de día, para disfrutar de su ambiente animado y sus agradables terrazas, como de noche, cuando las tenues luces le aportan un aspecto aún más romántico. Al cruzar por la plaza, tendremos la oportunidad de escuchar la melodía "hejnal" tocada cada hora por un trompetista desde la más alta de las torres de la basílica de Santa María. La plaza del Mercado de Cracovia es la más importante y más amplia de orígenes medievales de toda Europa. Sus 40.000 metros cuadrados son realmente sorprendentes. Rodeada por casas burguesas y palacios de origen medieval, es el punto de encuentro de los ciudadanos y turistas de Cracovia. Hay que estar atentos a la lonja de los Paños, la basílica de Santa María, la Torre del Ayuntamiento y la iglesia de San Adalberto.

Durante nuestra visita panorámica, también conoceremos la Catedral de Wawel, que fue reconstruida en el siglo XIV tras quedar destrozada en diversas ocasiones tras más de 1.000 años de historia. Su interior es una verdadera joya con un encanto especial como la Capilla de Segismundo, el Mausoleo de San Estanislao, la Cripta y la Campana de Segismundo.

La Torre del Ayuntamiento, el Barrio Judío o la Universidad Jagelónica, en la que estudió Copérnico, serán otros de los emblemáticos lugares que visitaremos a lo largo de nuestro tour panorámico. Quien lo desee podrá, además, contratar una excursión opcional a las Minas de Sal de Wieliczka, un lugar verdaderamente asombroso que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Después, disfrutaremos de un bien merecido almuerzo, y dispondremos de tiempo libre hasta el final del día para seguir conociendo la bella Cracovia.

Por la noche, antes de ir a dormir al hotel, se nos ofrecerá la posibilidad de contratar una nueva actividad opcional de lo más interesante. Se trata de un recorrido por algunos de los enclaves más destacados de Cracovia, como la Plaza de los Héroes del Gueto, el exterior de la fábrica de Óscar Schindler, el Barrio de Podloze y el Barrio Judío, donde disfrutaremos de una cena y de un concierto de música judía tradicional en un restaurante de Kazimierz.

Día 6: Cracovia - Auschwitz - Wroclaw. Testigos de la tragedia humana

Durante el día de hoy, es posible que el corazón se nos quede un poco encogido, ya que nos toca una visita dura. Después de desayunar, iremos a visitar el antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

El escritor Primo Levi, superviviente del Holocausto, cuenta que en Auschwitz la muerte empezaba por los zapatos. Para la mayoría de los prisioneros, los zapatos se habían convertido en un verdadero instrumento de tortura por las llagas infecciosas que ocasionaban después de largas horas de marcha. En mayo de 1945, cuando las tropas rusas entraron en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, a solo 40 kilómetros de Cracovia, sólo dos semanas después de que los nazis se hubiesen marchado, apenas quedaban unos 600 prisioneros con vida. Ninguno de ellos sobrevivió. Cuatro de las cinco cámaras de gas del campo habían sido dinamitadas y solo seguía en pie la primera y más rudimentaria. Se calcula que murieron más de dos millones de personas, aunque oficialmente la cifra es de 1.100.000 víctimas. La mayoría fueron personas de religión hebrea, eslavos y también unos 20.000 gitanos de los 400.000 que exterminó el régimen nazi.

Nosotros realizaremos una completa visita guiada por el interior del campo, así como al museo. Una experiencia tan enriquecedora como estremecedora… Como dijo el filósofo hispano-estadounidense Jorge Santayana, en una frase que figura a la entrada del campo: "aquellos que olvidan su historia, están condenados a repetirla".

Tras nuestro paso por Auschwitz, continuaremos el trayecto hasta llegar a la ciudad de Wroclaw, la tercera más importante de Polonia y capital de la región de Baja Silesia. Apodada “La ciudad de los cien puentes”, en Wroclaw conviven edificios de estilo barroco alemán con el hermoso y veterano ayuntamiento de formas góticas y renacentistas.

Wroclaw combina a la perfección el ambiente estudiantil de vocación cosmopolita, con una arquitectura medieval de fuerte influencia prusiana y un gran patrimonio eclesiástico de las más diversas religiones. Es quizás la gran desconocida, pero su carácter y personalidad hacen que enamorarse de ella sea cuestión de minutos. Una vez que estemos allí, iremos directamente al hotel para cenar y pasar la noche.

Día 7: Wroclaw – Poznan. Cuna polaca

Tras un rico desayuno, comenzaremos una nueva y apasionante visita panorámica, en esta ocasión en la extraordinaria ciudad de Wroclaw. Recorreremos el casco antiguo, formado por un conjunto de calles y plazas de enorme belleza, y repleto de edificios monumentales como la Universidad, uno de los mejores ejemplos de estilo barroco de Polonia. Este centro universitario fue creado por la orden de los jesuitas hace tres siglos y en su interior alberga joyas tan destacadas como el Oratorium Marianum, la Biblioteca Ossolineum y, en especial, el Aula Leopoldina.

A lo largo de nuestra visita panorámica, también tendremos la oportunidad de conocer la Plaza del Mercado, llamada en realidad Plaza Rynek. Data del siglo XIII y está rodeada por hermosas casas renacentistas, góticas y barrocas. Además, en esta plaza se encuentra el Ayuntamiento de Wroclaw, un precioso edificio de estilo gótico que constituye uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. Completarán la visita dos de las islas que salpican el curso del río Óder: la Isla de la Arena y la Isla de la Catedral. Esta última, llamada Ostrów Tumski, es conocida como Isla de la Catedral porque allí se levanta el templo catedralicio de la ciudad, así como la iglesia de la Santa Cruz y otros muchos edificios religiosos. No en vano, los breslavos conocen a este tranquilo rincón de la ciudad como el “pequeño Vaticano”, y lo cierto es que es habitual contemplar a cualquier hora el ir y venir de religiosos de distintas órdenes, como si estuviéramos en una pequeña extensión pontificia.

Tras nuestro tour panorámico, dispondremos de algo de tiempo libre hasta que llegue la hora de comer. Entonces, disfrutaremos del almuerzo y partiremos hacia Poznan, una de las ciudades más históricas y con más tradición de todo el país. No en vano, en el pasado fue la capital de la nación y la residencia de los reyes polacos. Al llegar, dispondremos de tiempo libre hasta el final del día, que podremos aprovechar para ir a visitar la plaza del Mercado o plaza Mayor, famosa por su coqueta arquitectura renacentista y sus galerías exteriores. Su principal atractivo es la torre del reloj, de 60 metros de altura, coronada por una impresionante águila polaca. También merece la pena acercarse a conocer otros puntos clave del casco antiguo de Poznan, como el monumento recordatorio de la Primavera de 1956, la Iglesia de los Jesuitas o la Catedral de San Juan.

Al caer la noche, nos reuniremos en el hotel y disfrutaremos de una suculenta cena antes de retirarnos a descansar.

Día 8: Poznan - Torún – Gdansk: Dos bellezas sin igual

Después de desayunar en el hotel, nos despediremos de Poznan y partiremos hacia Gdansk, haciendo una parada en Torun. De esa forma, hoy tendremos la oportunidad de conocer dos de las ciudades que compiten por ser las más bonitas de todo el territorio polaco.

Cuando lleguemos a Torun, dispondremos de tiempo libre para recorrer por nuestra cuenta los tesoros de la ciudad. Torun está considerada un perfecto modelo de ciudades medievales. Su corazón urbano está salpicado por numerosos monumentos de gran valor histórico y artístico, y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Uno de los monumentos más representativos que ver en esta amable urbe es la estatua de Copérnico, que se encuentra en la plaza del Mercado de la ciudad. La imagen de este astrónomo, que fue el primero en formular la teoría heliocéntrica, es una de las más conocidas de la ciudad polaca.

A espaldas de Copérnico encontraremos uno de los edificios imprescindibles a visitar, el Ayuntamiento, un soberbio edificio de ladrillos del siglo XIII. También podremos acercarnos a la catedral de San Juan, la iglesia de San Jacobo o la iglesia de Santa María, un tridente de templos góticos que no nos dejarán indiferentes. La Torre Inclinada o la Corte de Artus son otros lugares que merece la pena visitar.

Después de disfrutar de un delicioso almuerzo, abandonaremos Torun y completaremos el trayecto hasta llegar a Gdansk, considerada una de las ciudades más hermosas de Polonia e importantísima para el desarrollo de la historia contemporánea, ya que fue el punto de arranque de la Segunda Guerra Mundial. Una vez allí, iremos directamente al hotel para cenar y pasar la noche.

Día 9: Gdansk. Astilleros que nos reclaman

En cuanto acabemos de desayunar en el hotel, emprenderemos una fabulosa visita panorámica que nos permitirá conocer los sitios más representativos de Gdansk. Esta ciudad cuenta con una gran historia, pues fue aquí donde Lech Walesa fundó el movimiento ‘Solidarność’ (Solidaridad), una federación sindical que luchó por los derechos y libertades del pueblo polaco y que se opuso firmemente al régimen comunista.

Algunos de los lugares que visitaremos a lo largo de nuestro tour panorámico son las antiguas fortificaciones de la ciudad, la Puerta Alta, la Torre de la Cárcel y la Casa de las Torturas. También recorreremos la calle Dluga, una de las principales arterias de Gdansk, a la que se accede a través de la Puerta Dorada. Esta calle está repleta de preciosos edificios, que en realidad son, en su gran mayoría, viviendas de los habitantes más adinerados de la ciudad. en sus fachadas se mezclan diversos estilos arquitectónicos, que van desde el manierista al rococó.

Conoceremos también el Ayuntamiento, donde se entremezcla el gótico con el renacimiento, y que se encuentra coronado por su torre de 82 metros de altura que domina la ciudad; la Corte de Artus, un edificio ancho de color blanco; el Mercado Largo; la Fuente de Neptuno; la Torre de la Basílica de Santa María, y los Astilleros de Gdansk, el lugar exacto donde fue fundado el movimiento ‘Solidaridad’.

Después de nuestra visita panorámica, tendremos el resto del día libre. Podemos aprovechar ese tiempo para pasear por las elegantes calles de Gdansk, ir a comprar algún recuerdo a cualquiera de sus coquetas tiendas, o sentarnos a tomar un café en una de sus agradables cafeterías. Hagamos lo que hagamos, al final del día regresaremos al hotel para disfrutar de la cena y de una merecida noche de descanso.

Día 10: Gdansk – Varsovia. Imparable futuro

Varsovia recuerda a la guerra y a la era de plomo soviética. Pero aquella Varsovia gris en cuyo perfil solo despuntaba el Palacio de la Cultura, regalo de Stalin, pide paso a una ciudad moderna. La antigua Ruta Real ha resurgido como el ave fénix, y ante la hilera deslumbrante de iglesias y palacios dieciochescos, en Nowy Swiat, terrazas y cafés poseen un ambiente vibrante. Y nosotros lo vamos a comprobar hoy en primera persona. En cuanto acabemos de desayunar en el hotel de Gdansk, saldremos hacia la capital polaca. Cuando lleguemos, almorzaremos y emprenderemos una inolvidable visita panorámica por la Ciudad Vieja.

Castillos, palacios, casitas de cuento de hadas y mercados se juntan en una ciudad moderna con altos edificios, centros comerciales y oficinas que recuerdan que Varsovia es una ciudad que aún vive a galope entre el pasado, presente y futuro. A lo largo de nuestra visita panorámica conoceremos lugares como la Ruta Real, los Monumentos del Gueto y a la Insurrección, la Tumba del Soldado Desconocido, el Monumento a Chopin y el Palacete del Belvedere.

Tras la II Guerra Mundial, el casco antiguo de Varsovia fue reconstruido respetando su faz inicial. Casi dos décadas de trabajo supusieron el reconocimiento de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Una vez que haya concluido el tour panorámico, tendremos el resto del día libre para hacer lo que más nos apetezca con la capital polaca como escenario de excepción, y al final de la jornada iremos al hotel para disfrutar de una buena cena y de una noche de sueño reparador.

Día 11: Varsovia – España: El regreso con acento polaco

Ha llegado el último día de nuestro gran viaje a Praga y Polonia, así que desayunaremos en el hotel y nos despediremos de Varsovia como se merece. Tendremos algo de tiempo libre, eso sí, antes de que vengan a recogernos para llevarnos al aeropuerto. Tal vez podamos dar un último paseo o comprar un último recuerdo. Sea como sea, en el aeropuerto de Varsovia nos estará esperando un avión para llevarnos de vuelta a casa. Ha sido un fantástico viaje que recordaremos siempre. ¡Hasta la próxima!