Viaje a Hungría: Circuito Capitales imperiales: Praga, Budapest y Viena

Día 1: España - Praga. Un placentero encuentro con la capital checa

Uno de los mejores días de cada viaje es aquel en el que empieza, más aún cuando sabemos que terminaremos el recorrido con un recuerdo inolvidable. Nos dirigiremos al aeropuerto para llegar con dos horas de antelación a la hora prevista para la salida de nuestro vuelo con destino a Praga, uno de los enclaves del continente europeo más apreciados por viajeros de todo el mundo.

Cuando lleguemos a la capital de la república checa, nos estarán esperando para acompañarnos hasta el hotel, donde podremos registrarnos y dejar el equipaje antes de comenzar a disfrutar de los encantos de la ciudad, ya que tendremos el resto del día libre. Una gratificante toma de contacto después de la cual, al final del día, nos reuniremos con nuestro guía en la recepción del hotel donde cenaremos y pasaremos la noche.

Día 2: Praga. Todo un día para disfrutar de ella

Praga es una de las ciudades más visitadas y admiradas por viajeros del mundo entero, atraídos por el encanto de un lugar muy especial, repleto de enclaves de interés. Así que después de desayunar, comenzaremos a conocer la ciudad, mediante una visita panorámica durante la que recorreremos: el Barrio Judío, con sus sinagogas y cementerios; la Plaza de la Ciudad Vieja, donde se encuentra el Ayuntamiento; las iglesias de San Nicolás y Santa María de Tyn; el Puente de Carlos IV; la Plaza Wenceslao, centro neurálgico de la ciudad; etc.

Después de la visita, tendremos tiempo libre para seguir conociendo Praga a nuestro aire. Pero, si lo preferimos, podremos disfrutar, opcionalmente, de una visita en la que podremos recorrer la denominada Praga Santa, un conjunto de palacios y edificios entre callejuelas estrechas y pintorescas.

Conoceremos el castillo de Praga, que alberga, entre otros monumentos, la Catedral de San Vito (símbolo de Praga y de toda la República Checa), el Antiguo Palacio Real, donde se inició la guerra de los treinta años tras la defenestración de los nobles y el Callejón del Oro, que nos sorprenderá con las pequeñas casas de colores en las que trabajaban los orfebres y que se han convertido, en la actualidad, en centros de artesanía local.

Al final del día, regresaremos al hotel, donde disfrutaremos de una reparadora noche de descanso.

Día 3: Praga (opcional a Karlovy Vary). Una bella ciudad-balneario

Después de un buen desayuno, tendremos todo el día libre para seguir descubriendo Praga organizándonos como mejor nos parezca. También tendremos la posibilidad, si lo deseamos, de hacer una interesante excursión opcional a la célebre ciudad-balneario de Karlovy Vary, una bella y distinguida localidad situada en un excepcional entorno natural.

Karlovy Vary fue fundada en el siglo XIV por Carlos IV, cuya corte apreció las propiedades de sus aguas termales (hay ochenta manantiales en la zona). La ciudad logró su época de mayor auge cuando, en el siglo XIX y con la llegada del ferrocarril, se convirtió en uno de los lugares favoritos de la aristocracia europea y de las elites culturales y artísticas, (Strauss y Beethoven, entre otros, fueron visitantes de este lugar).

La visita nos llevará a comprobar las instalaciones de sus balnearios, en los que las aguas termales, no solo sirven para la relajación de cuerpo y espíritu, sino que los visitantes las llegan a beber en jarras para beneficiarse de sus propiedades. Y, además, podremos admirar las columnatas que flanquean el río Teplá y que permitían a los visitantes pasear, independientemente de las condiciones climatológicas.

Regresaremos a nuestro hotel de Praga donde disfrutaremos de una noche de merecido descanso.

Día 4: Praga – Budapest. El recorrido mágico entre dos ciudades únicas

Nos despediremos de Praga con un reconfortante desayuno en nuestro hotel, para, después, emprender camino hacia Budapest.

Atravesaremos Bohemia, una zona montañosa y boscosa en la que encontraremos ciudades y pueblos con un gran encanto.

Así mismo, pasaremos por Moravia que, junto a Silesia y Bohemia, son las tres regiones históricas de la República checa. En nuestro recorrido, podremos contemplar todo tipo de paisajes y localidades de ensueño.

Budapest, el Danubio y los puentes que unen Buda y Pest, (por ejemplo, el de las cadenas o el puente Isabel en honor de la emperatriz Sissi), nos recibirán con los brazos abiertos, en lo que será el preludio de una experiencia inolvidable. Cenaremos y pasaremos la noche en el hotel seleccionado.

Día 5: Budapest. La incomparable ciudad del Danubio

Después de un buen desayuno, iniciaremos una visita panorámica de Budapest, una de las ciudades más bellas, no solo de Europa, sino del mundo. La visita nos llevará a conocer los lugares más destacados de la capital húngara.

La Plaza de los Héroes será un magnífico comienzo, un amplio espacio abierto en el que, por ejemplo, se encuentra el Museo de Bellas Artes. Conoceremos el Parque Municipal y la distinguida Avenida Andrassy, un bello entorno urbano con diversos palacios y palacetes.

En toda visita a Budapest, sus célebres puentes se convierten en protagonistas, y así será durante nuestro recorrido, ya que pasaremos por el Puente de las Cadenas (el más antiguo de la capital) o el puente de Isabel (homenaje a la emperatriz Sissi) y el de Margarita. Cada uno de estos pasos entre Buda y Pest está decorado con multitud de detalles representativos, como, por ejemplo, el águila imperial de Francisco José.

A lo largo de nuestra visita panorámica disfrutaremos del encanto de las calles de Buda, una de las partes de la ciudad, situada al oeste del Danubio, en una alta colina a la que se puede subir en funicular desde el Puente de las Cadenas y veremos el exterior de la iglesia de San Matías. Recorremos lugares tan emblemáticos como el Bastión de los Pescadores, con magníficas vistas del imponente edificio del Parlamento, de Pest y del Danubio, etc.

Tendremos la tarde libre, lo que nos dará oportunidad de seguir descubriendo rincones de la capital, pasear por sus zonas comerciales o, si lo deseamos, visitar alguno de sus balnearios. Ya por la noche, si queremos, podremos dar, de forma opcional, un paseo por el Danubio y asistir a un ‘Goulash Party’, una cena típica amenizada por un espectáculo folclórico de música y bailes húngaros.

Terminadas las actividades del día, regresaremos a nuestro hotel a pasar la noche.

Día 6: Budapest – Viena. Elegancia y belleza a raudales

Dejaremos Budapest después de desayunar en el hotel para ir al encuentro de Viena, toda una referencia para viajeros de todo el mundo. Un trayecto en el que podremos contemplar, por ejemplo, los bellos paisajes de la llanura Panónica. Ya en Viena, almorzaremos y comenzaremos una visita panorámica*.

A lo largo de esta visita, conoceremos: la avenida Ringstrasse, con sus más de cinco kilómetros de longitud y que rodea el centro de la ciudad con una espectacular sucesión de edificios, como el Parlamento, la Ópera, el Ayuntamiento, la Bolsa y los museos de Historia del Arte y de Historia Natural, además de la Iglesia Votiva, una de las construcciones neogóticas más destacadas del mundo, con dos torres gemelas de 99 metros cada una.

También pasearemos por la zona peatonal, donde está la Catedral de San Esteban, un prodigio de estilo gótico en el que destaca su torre en forma de aguja y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad y donde realizaremos una parada para visitarla libremente.

Veremos también, entre otros lugares, los patios del Palacio Imperial de Hofburg, residencia de los Habsburgo durante más de seis siglos y sede de los magníficos Apartamentos Imperiales.

Conoceremos la bulliciosa Kärtner Strasse (la calle principal de Viena) y el Graben, en el mismo centro de la ciudad, donde se ubica la célebre Columna de la Peste mandada construir por Leopoldo I. Luego regresaremos al hotel para pasar la noche.

Día 7: Viena. Un nuevo día en Viena: homenaje a los sentidos

Aún impactados por la belleza de los lugares y monumentos que visitamos ayer, continuaremos disfrutando de esta espectacular ciudad, que llegó a ser considerada la capital cultural de Europa. Primero desayunaremos y luego tendremos el día libre para conocer Viena a nuestro aire.

Podremos comenzar nuestra exploración por el célebre Prater, un enorme parque con iconos como la Noria (una de las ‘estrellas’ inanimadas de la película clásica ‘El tercer hombre’), y la Iglesia de San Carlos Borromeo. Después, podremos visitar alguno de los míticos cafés de la ciudad. No obstante, también podremos decidir hacer una visita guiada opcional a la Ópera (el Teatro de la Ópera de Viena), el centro de la vida musical en una de las ciudades donde este arte ha alcanzado sus cotas más altas.

El Teatro se inauguró en 1869, con el estreno del ‘Don Giovanni’ de Mozart, que, curiosamente, no convenció al público por su estilo renacentista. En la actualidad, el Teatro de la Ópera se ha consolidado como uno de los centros musicales más destacados del planeta).

La excursión opcional también incluye la visita del majestuoso Palacio de Schönbrunn, la residencia de verano de la familia imperial, y aquí se alojaron, entre otros ilustres personajes María Teresa, Francisco José y la universal Sissí. Este palacio tiene además un significado histórico importante, ya que aquí se produjeron encuentros tan relevantes como la firma del Tratado de Viena y la reunión entre J. F. Kennedy y Nikita Krushev en plena ‘Guerra Fría’.

Por la noche, podremos asistir, de forma opcional a un concierto vienés, lo que podrá ser una estupenda manera de despedir un día repleto de gratas sensaciones, al son de las piezas más representativas del repertorio musical europeo, entre las que, como no podía ser de otra manera, se incluirá el vals. Al final de la jornada regresaremos a nuestro hotel donde pasaremos la noche.

Día 8: Viena - España. ¡Hasta el próximo viaje!

Tras tomar el último desayuno de nuestro itinerario, tendremos tiempo libre hasta que vengan a recogernos para llevarnos al aeropuerto. Han sido ocho días de recorrido por la Europa Imperial, un itinerario excepcional, que comenzó en Praga y ha finalizado en Viena.

Un caleidoscopio de imágenes y sensaciones que estarán bien frescas, mientras nos despedimos de la capital austriaca, antes de que nos lleven al aeropuerto. Un café, una porción de tarta Sacher o un último paseo, serán pequeños placeres que se sumarán a los ya experimentados en esta excepcional experiencia ¡Gracias por acompañarnos! ¡Hasta siempre!