Empezando por la capital de la República Checa, Praga, en donde nos volveremos uno con la ciudad, sus calles estrechas, sus plazas animadas, sus puentes con siglos de historia, y sus torres, las cuales le dan el sobre nombre a la capital de Bohemia de la ciudad de las cien torres. En donde nos sólo aprenderemos a leer el reloj astronómico, si no a entender porque este circuito lo llamamos Capitales Imperiales, no abandonaremos esta ciudad sin conocer tal vez a su personaje histórico más famoso, Carlos IV Rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio, a parte de los muchos secretos que tendremos que descubrir.
Continuamos nuestro circuito hacia la tierra Magyar, la actual Hungría, recorreremos las dos regiones Checas, Bohemia y Moravia, para tras atravesar Eslovaquia recorrer toda la llanura Panónica, la llanura más importante de Europa, y en donde tras dejar atrás el ave mística Turul, llegaremos a una de las ciudades más bonita de Europa, Budapest, capital de Hungría. Esta bella ciudad atravesada por el Danubio e increíbles puentes, es la ciudad que yo elegiría para vivir, por su cultura, sus gentes, sus gastronomía y su historia. Budapest te cautiva, te seduce y te atrapa, y ya no te deja escapar, desde el Bastión de los Pescadores, hasta la avenida Andrassy, Budapest es una joya en el curso del río Danubio. Si esta ciudad nos deja libres, y es difícil tras pasar una de las noches más divertidas del viaje, en las que surcaremos el río Danubio tras una increíble cena amenizada con bailes y los mejores vinos del país, y como no mi parte preferida y que da nombre a esta fiesta la sopa Goulash, continuaremos nuestro viaje organizado rumbo a Austria.
Nuestro tour continuará tras nuestro paso por Budapest, hacía la capital Imperial por excelencia, a la urbe que fue el centro del mundo durante muchos siglos, y que todavía hoy, nos sigue sorprendiendo. Viena, corte de emperadores y emperatrices, no se puede terminar mejor un viaje como el de Capitales Imperiales Economy, que conociendo el anillo que rodea al casco histórico de la capital austriaca, y en donde nos encontraremos con la ópera más importante del país, el palacio Imperial Hofburg, el parlamento, la universidad, infinidad de cafés como el Latman, famoso hoy en día ya que tenía entre su clientela al mismísimo Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, pero no nos quedamos ahí, si te gusta el arte, los caballos, la naturaleza, el vino verde, la cerveza, la tarta Sacher, etc. Te gustará Viena. Nuestro broche final.
Como os comentaba, Viena será nuestro punto final del viaje, y desde el que volveremos a casa, pero ¿De verdad queréis volver? Este circuito nos va a permitir conocer una de las zonas más bonitas que tiene el continente europeo, pero nos va a dejar con una duda. Duda que tal vez nos haga repetir y volver a esta zona para seguir conociéndola, ya que es imposible no querer volver. Por lo que el último día a mi me gusta decir a la gente que viaja conmigo, que no es un punto final, y que continuará. Por cierto, ¿de qué color es el río Danubio? Según Johann Strauss, sólo los que están verdaderamente enamorados lo ven azul, como en el Vals. ¿De qué color lo ves tu?