Día 6: Siena – Pitigliano -Roma. Algo inesperado que supera nuestras expectativas
Transporte
Autocar, minibús o van
Después de desayunar en el hotel saldremos hacia Pitigliano, una población de la provincia de Grosseto, donde tendremos tiempo libre y nos despediremos de la Toscana. El pueblo está virtualmente encaramado sobre una colina de tufo, toba, una roca volcánica y porosa, característica de la zona, que se mimetiza con el color de sus edificios. Al llegar sentiremos ese placer que se siente al descubrir algo inesperado que supera nuestras expectativas. En Pitigliano pasearemos por el centro histórico, admiraremos su rico patrimonio artístico y arquitectónico y disfrutaremos con las maravillosas vistas desde sus miradores. Pitigliano alcanzó su apogeo entre los siglos X y XVI, cuando la población pertenecía a los Aldrobrandeschi y a los Orisini.
El casco antiguo, con su trazado medieval invita a pasear por sus frescos callejones que ayudan a sobrellevar el rigor del calor en verano. El subsuelo de muchas casas está excavado y lo que fueron tumbas etruscas luego se reutilizaron como bodegas. En esta zona se cría el vino Bianco de Pitigliano, un excelente DOC blanco a base de uvas Trebbiano y Chardonnay. La antigua puerta de la población se abre a la piazza Petruccioli, que es la entrada al centro histórico. Desde aquí, podemos llegar a los monumentos y edificios más conocidos, como el acueducto de los Medici o el Palazzo Orsini, en cuyo interior se encuentran el Museo arqueológico, el archivo diocesano, la biblioteca, un precioso patio y el pozo hexagonal. El duomo o Cattedrale de San Pietro y Paolo se halla en la plaza Gregorio VII.
El barrio judío, conocido como la “Pequeña Jerusalén”, se fue conformando a lo largo del siglo XVI, favorecido por el amparo de los condes Orsini. Con el cambio de poder a la dinastía Medici ese apoyo desapareció. Se puede visitar la sinagoga en el callejón Vicolo Manin, con estancias para los baños rituales, la carnicería Kosher, o el horno. Esta ciudad a lo largo de los siglos fue un ejemplo de convivencia entre culturas. Recibió judíos de distintas procedencias, que eran perseguidos entre otros por el Vaticano o el Gran Ducado. Así, durante siglos, la ciudad se fue transformando en un centro hebreo, bajo la protección de la familia Orsini. Con la llegada de los nazis, la mayor parte de los judíos abandonaron la ciudad, y el ghetto quedó como un museo.
Después del recorrido por Pitigliano continuaremos hacia Roma, donde cenaremos y, si lo deseamos, podremos realizar una visita opcional a la ciudad de noche, en la que conoceremos las fuentes y plazas más emblemáticas de la ciudad, como la Piazza del Panteón, la Fontana de Trevi, o la Piazza Navona, centro intelectual y bohemio de la ciudad. Después de la visita opcional, pasaremos la noche en el Hotel.