Viaje a Italia: Circuito Italia Mágica Semana Santa

Día 1: España – Milán. Rumbo a la ciudad del estilo

Una de las ventajas de planificar un viaje es la ilusión cuando se acerca la fecha de partir al encuentro del destino deseado. Una vez en marcha hacia el aeropuerto (recomendable estar dos horas antes, para evitar sustos), pensamos en todo lo que vamos a encontrar en nuestro camino, que será una sucesión de vivencias muy especiales. Como sucederá con Milán, la ciudad de la moda y del estilo, llena de historia e historias que contar. La primera etapa de este gran viaje.

Nada más llegar a la ciudad, nos trasladarán al hotel, donde nos registraremos y dejaremos el equipaje, antes de disfrutar de unas horas de tiempo libre (en función de la llegada de nuestro vuelo) en la capital de la región de Lombardía, escenario de primer nivel en la Historia Moderna de Italia, al norte del país, lindante con los Alpes.

Con solo empezar a pasear por sus calles, ya comprobaremos el toque de distinción milanés, puro sabor italiano en una ciudad en la que se combinan tradición y modernidad. Y podemos aprovechar para tomar un ‘capuccino’ en cualquiera de sus célebres cafés, como el Zucca o el Taveggia 1909, o un vino espumoso producido en Franciacorta y Oltrepo Pavese, mientras contemplamos la animada vida de la ciudad. Un primer paseo que nos habrá servido como perfecta toma de contacto para disfrutar de un país inigualable. Llega la hora de volver al hotel para cenar y prepararnos para la siguiente jornada.

Día 2: Milán – Lago de Garda – Venecia. De Milán al Lago de Garda y a la increíble Venecia

Después de desayunar en el hotel, comenzará una visita panorámica que nos descubrirá todo tipo de facetas de la capital de Lombardía, una de las zonas más prósperas de todo el país y cuyo símbolo es el ‘Biscione’ (una gran serpiente), que aparecerá en varios lugares del núcleo urbano (y en la imagen del Inter de Milán, de la marca Alfa Romeo, etc.).

En la primera parte del recorrido destacarán enclaves como el Castello Sforzesco, la popular (y espectacular) fortaleza construida en el siglo XIV, en pleno casco histórico y en la que destaca la presencia de varios museos, como una pinacoteca con más de 1.500 obras, unas salas de arte antiguo, de Egipto, del Mueble, de instrumentos musicales, etc.

Toda una grata sorpresa, como lo será el paso por Parque Sempione, toda una referencia en la ciudad, una gran ‘superficie verde’ para el disfrute de habitantes y visitantes. En el mismo parque podremos contemplar el Arco della Pace (es tan grande que su figura ya se puede ver antes de entrar en el parque), para dirigirnos después a espacios públicos como la Via Dante y la Plaza Cordussio, dignas representaciones del arte arquitectónico y ornamental en diferentes épocas (con el barroco como tendencia destacada). En la recta final, nos esperan algunos de los lugares más célebres, como la Galería de Vittorio Emanuele II, construida en el siglo XIX y una de las galerías comerciales más populares (y distinguidas) del mundo, lógicamente con la presencia de las firmas de diseño y moda más prestigiosas. Y continuaremos a lo grande con el paso por la Piazza della Scala (donde se encuentra el Teatro de la Ópera de Milán, el templo del ‘bel canto’, así como el monumento a Leonardo Da Vinci) y la imponente Piazza del Duomo, con su espectacular catedral gótica y un amplio espacio público para disfrutar de este excelente entorno.

Una vez terminada la inolvidable visita panorámica, llega el turno del almuerzo para seguir disfrutando de este ‘dream team’ de enclaves turísticos: terminaremos el día nada más y nada menos que en Venecia. Pero, antes, haremos una gratificante parada a mitad de ruta para conocer el Lago de Garda, uno de los más bellos de todo el país, en cuya margen sur se encuentra la localidad de Sirmione, típica, acogedora y ya celebrada en los tiempos del Imperio Romano por los beneficios de sus aguas termales. Disfrutaremos de un paisaje repleto de colores gracias al contraste entre las aguas del lago y la superficie de las montañas, donde se encuentra otro punto de interés que ofrece una excelente panorámica de todo el lugar: el espectacular Castillo Rocca Scaligera, que conecta la zona del lago con el centro urbano de una ciudad en la que destaca su apreciado casco histórico.

Las increíbles vistas de Garda y del castillo habrán supuesto todo un espectáculo para los sentidos, que continuará, en dirección este, hasta llegar a nuestro hotel en los alrededores de Venecia, donde tendremos tiempo de cenar y de descansar para disfrutar a fondo, al día siguiente, de la incomparable, única, ‘ciudad de los canales’.

Día 3: Venecia. Todo un hito mundial

Ver amanecer en Venecia es todo un privilegio, con la oportunidad de desayunar ante unas magníficas vistas, preludio de la contemplación de una de las ciudades más bellas y sugerentes del planeta. El día comenzará con un paseo panorámico por la Laguna Veneciana, para poder conocer, fuera del centro de la ciudad, las diferentes islas (hasta 118) que forman este peculiar archipiélago al norte del Adriático. Como la del Lido, sede del Festival de Cine y también famosa por su playa; la de Murano, donde se elabora su mundialmente famosa artesanía en cristal y vidrio; Torcello, donde se halla el edificio más antiguo de Venecia (la catedral de la Asunción, datada en el siglo VII); San Andrés, con su fortaleza del siglo XVI… todo un surtido de excepcional despliegue de la naturaleza.

Nos esperará la ‘joya de la corona’ italiana, la excepcional Venecia, uno de los destinos turísticos más deseados, un hito geográfico e histórico cuyo casco histórico ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Empezaremos recorriendo sus canales y pasando por enclaves como Santa María de la Salud (basílica construida en 1631), con una excepcional cúpula. Pero esto es solo el comienzo, ya que, nos esperará el espectacular Palacio de los Dogos o Palacio Ducal, legado del poder de los duques de Venecia durante casi diez siglos e imponente escenario para disfrutar de las vistas de la Laguna, el Gran Canal… y la Plaza de San Marcos, junto a la basílica del mismo nombre, una de las plazas más célebres del planeta, centro neurálgico de la vida de la ciudad desde el año de su fundación, en el siglo IX. Inolvidable.

El almuerzo en Venecia nos dejará encauzados para seguir admirando las calles, los canales de este excepcional lugar en el mundo, con la posibilidad de optar entre la organización de la tarde por nuestra cuenta (hay mucho para elegir, muchos aciertos seguros) o por excursiones opcionales con guías expertos que nos harán amar aún más la ciudad. No podía faltar un paseo en góndola, guiados por un ‘gondoliero’, una excepcional experiencia sobre el agua, entre pequeños canales o con la vista en el Gran Canal, en una zona que inspiró a artistas de todos los siglos y que, en concreto el cine, nos ha regalado imágenes como las de ‘Muerte en Venecia’, de Visconti. Esta opción incluye, además, la gran oportunidad de visitar el interior de la Basílica de San Marcos. En el caso de la segunda excursión opcional, denominada ‘La Venecia Escondida’ nos permitirá conocer todo tipo de historias impregnadas en los canales y edificios venecianos. En todos los casos, una jornada de cinco estrellas.

Este excelente día en un gran viaje terminará en el hotel del Véneto, donde podremos cenar, aún saboreando todo lo vivido, para descansar antes de la salida del día siguiente a Florencia. Otra excelente noticia.

Día 4: Venecia – Florencia. De Venecia a la incomparable Florencia

En pocos viajes se pueden enlazar, en un par de días, ciudades de la belleza y la tradición de Venecia y Florencia. Y así lo haremos, ya que, nada más desayunar, abandonaremos la ciudad de los canales para ir al encuentro de la magnífica ciudad toscana, una de las más bellas no solo de Italia, sino de todo el mundo.

Cuando lleguemos, comenzará una visita panorámica que empezará con un comienzo excepcional, ya que podremos visitar el Duomo de Santa Maria del Fiore, la imponente catedral construida en el siglo XIII y uno de los templos católicos más grandes del mundo. La cúpula de Brunelleschi (más de 110 metros de altura) sorprende por su majestuosidad (contiene una pequeña cripta en la que se encuentran los restos del célebre artista), así como el campanario (o ‘campanile’), diseñado por Giotto y que ofrece espectaculares vistas de la ciudad y de sus alrededores. Un lugar que llegó a inspirar a genios como Miguel Ángel o Bernini en sus trabajos en el Vaticano, y un extraordinario enclave para empezar una mañana de ensueño.

Las gratas sorpresas no terminan ahí, ya que también llegaremos hasta el Baptisterio, el edificio más antiguo de la Piazza del Duomo, caracterizado por su exterior en mármol blanco y verde y por sus tres puertas, una de ellas la mundialmente famosa Puerta del Paraíso (dicen que el nombre lo puso Miguel Ángel Buonarotti), un prodigio diseñado por Lorenzo Ghiberti y ejecutado en 25 años de intenso trabajo, en el que dispuso varios paneles de bronce con escenas del Antiguo Testamento. Una visión impresionante que marcará nuestra salida de esa zona hacia otra gran referencia de la ciudad, el Ponte Vecchio, el puente de piedra más antiguo del continente europeo; y la Piazza della Signoria, un espectacular museo al aire libre en el que podremos disfrutar de las excelencias artísticas de la Fuente de Neptuno, la estatua ecuestre de Cosme I, la Logia dei Lanzi y el Palazzo Vecchio (flanqueado por las esculturas de Adán y Eva y una copia del ‘David’ de Miguel Ángel).

Después de este excepcional recorrido llegará la hora de disfrutar del almuerzo y de prepararnos para una tarde de tiempo libre, en el que cualquier dirección que tomemos merecerá la pena. Por ejemplo, podremos visitar algunos de los populares mercados de la ciudad, como San Lorenzo o el Central, o visitar la Galería de los Ufizzi, un palacio-museo muy cercano al Ponte Vecchio, o visitar la Galería de la Academia, donde se encuentra uno de los hitos de la escultura de todos los tiempos, el ‘David’ de Miguel Ángel. Ya terminado el día, nos esperarán en el hotel para cenar y para retirarnos a nuestra habitación para descansar, reconfortados de nuestro día en una de las ciudades más bellas en todo el mundo.

Día 5: Florencia – Siena – Asís – Roma. Un trayecto difícil de olvidar

Después de desayunar en Florencia, nos despediremos de esta gran ciudad para empezar el apasionante recorrido hacia Roma, toda una referencia. La primera parada será en Siena, cuyo centro histórico ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1995. Una de las más antiguas de Italia, pequeña, muy bella, cargada de historia, y en la que podremos disfrutar de unos momentos de tiempo libre para paladear sus encantos, paseando por sus calles, con hitos como la Catedral, un majestuoso templo gótico construido en el siglo XIII, obra del arquitecto Giovanni Pisano. Y como la Piazza del Campo, una de las más bonitas de toda Europa, un enclave de origen medieval y escenario de una de las celebraciones populares más famosas del país: el espectacular Palio de Siena, la carrera de caballos celebrada dos veces al año con representantes de diversos barrios. Todo un intenso espectáculo multicolor, repleto de vida, con el Palazzo Público, sede del ayuntamiento, como otro exclusivo ejemplo de estilo gótico en una ciudad en la que se encuentra la célebre Torre del Mangia, la segunda más alta de Italia.

Llegaremos a Asís, una pequeña ciudad de la provincia de Perugia, de gran transcendencia por ser el lugar de nacimiento de San Francisco de Asís, cuyo recuerdo ha dejado varios sitios a visitar en este rincón italiano, en el que destacan las basílicas de San Francisco y Santa Clara. La primera, del siglo XIII, es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, y alberga tanto los restos del santo como varios frescos del gran Giotto, dedicados a evocar la vida del santo nacido en esta ciudad con un claro legado medieval. Merece, mucho, la pena, pasear por ella antes de continuar la ruta hacia Roma.

Roma estará cada vez más cerca, como destino final de una gratificante jornada de encuentro con Siena y Asís. Ya en la ‘Ciudad Eterna’, nos alojaremos en el hotel para disfrutar de la cena y de unos momentos de tiempo libre antes de dormir. Con la opción de visitar, gracias a una excursión opcional, varias de las plazas y fuentes más populares de la ciudad, como la Piazza Navona, por la Fontana de Trevi o por la Piazza del Panteón… una personal forma de recorrer los mundialmente famosos escenarios retratados por Fellini en ‘La dolce vita’.

Día 6: Roma. Roma, siempre Roma

Hoy tendremos la suerte de aprovechar toda la mañana para realizar una visita panorámica por Roma, ciudad que es sinómino de gran viaje, repleta de lugares con interés histórico, con majestuosidad, con encanto. Una vez disfrutado el desayuno, la visita comenzará con la llegada a la Piazza Venezia, un gran espacio público en el que se encuentra el Monumento a Víctor Manuel II, el primer rey de Italia después de la unificación italiana: el imponente edificio de mármol blanco (también conocido como ‘Altar de las Patria’ o, popularmente y por su forma, como ‘La Máquina de Escribir’) acoge el Museo de la Unificación de Italia y la Tumba del Soldado Desconocido. Y después llegaremos a uno de los hitos del viaje, el paso por el Coliseo, el anfiteatro construido en el Siglo I, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y que forma parte de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, junto a otros prodigiosos enclaves repartidos por todo el planeta: la Gran Muralla China, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, el Taj Mahal, Machu Picchu, Chichén Itzá y la ciudad jordana de Petra. La mañana terminará con otra visita de impacto: al Circo Máximo (espectacular escenario para las épicas carreras de cuadrigas en la antigüedad) y por el Arco de Constantino, entre el Coliseo y la Colina del Palatino, otra maravilla del legado arquitectónico romano.

Después de esta primera parte del día, siguen las buenas noticias: tenemos todo el resto de la jornada para disfrutar de Roma, la ciudad de ciudades, del mármol blanco, de la pizza, de las plazas y las fuentes, inspiración de todas las artes a lo largo de los siglos… Hay mucho para ver y disfrutar, y entre estas opciones, tendremos a nuestra disposición una visita al interior de la Basílica de San Pedro y de los Museos Vaticanos, uno de los centros históricos más visitados y admirados de todo el planeta. Por la transcendencia religiosa, por el valor arquitectónico, por su significado popular (caben en ella hasta 20.000 personas)… hay muchas razones para visitar el gran templo y el excelente entorno en el que se encuentran obras de arte como ‘La Piedad’ de Miguel Ángel y la estatua de San Pedro en su trono, una talla medieval en honor del primer papa de la cristiandad (allí descansan los restos de todos los papas). Caminar por una nave principal de casi 200 metros de largo y 46 de alto, con una cúpula exterior de 136 metros de altura, en el mismo lugar en el que la Santa Misa es oficiada por el Sumo Pontífice, supone toda una inolvidable experiencia. En cuanto a los Museos Vaticanos, supone un viaje por la historia y el arte a través de los siglos en un entorno excepcional, con miles de obras de arte de todas las épocas y procedencias, desde el Antiguo Egipto y el Imperio Romano, al legado artístico de India, África, el Tíbet, etc. Una visita que terminará con la entrada a la Capilla Sixtina, otra referencia mundial que asombra a todo el que pasa por ella. Y así lo haremos.

Tendremos toda la tarde a nuestra disposición, y podremos disponer de otra actividad opcional, consistente en conocer mejor el Coliseo, por el que ya pasamos durante la visita panorámica de la mañana, en ese caso por su parte exterior. Una vez dentro, no tardaremos en evocar los tiempos de los gladiadores y demás espectáculos de la época del ‘panem et circemses’, y de preguntarnos cómo se pudo erigir tal prodigio de la construcción en el siglo I, (y no solo el Coliseo, sino todo tipo de edificios y monumentos de la época). Una excepcional cita con la Historia y con el Arte que continuará en esta visita con la llegada a la Iglesia de San Pedro, donde surge, espectacular, el ‘Moisés’ de Miguel Ángel Buonarotti. Otra experiencia única, excepcional, después de la cual podremos regresar al hotel para descansar ante lo que será una nueva y muy emocionante jornada de recorrido por Roma.

Día 7: Roma. Una ciudad que enamora

Nada más terminar el desayuno, un gran día en Italia se presenta ante nosotros para aprovecharlo al máximo. Podemos optar, por ejemplo, por conocer nuevos rincones de la ciudad, como las fuentes de Bernini, o visitar algunas de las numerosas iglesias repartidas por la ciudad, como la muy popular Santa Maria del Popolo, o San Juan de Letrán, Santa María la Mayor, Santa María in Cosmedin… Hay mucho para elegir, además de volver a disfrutar de cualquiera de los enclaves por los que pasamos en la jornada del día anterior: son tan excepcionales que merecen varias visitas.

Además de seguir disfrutando de los encantos de Roma, podremos realizar una excursión opcional que nos permitirá conocer una región muy interesante, como la de Campania, con destinos que se encuentran entre los más visitados de Italia. En ese caso, empezaríamos por Pompeya (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1997), con unos excelentes restos arqueológicos de la ciudad devastada en el año 79 por los efectos de la erupción del Vesubio: una visita guiada de unas pocas horas por este lugar nos hará imaginar cómo era la vida en una próspera ciudad romana, toda una fascinante oportunidad para hacer un viaje por el tiempo. El Foro, los templos, las calles empedradas, los comercios, las grandes plazas públicas… los restos de una ciudad romana a nuestros pies. A continuación, Nápoles, la capital de la Campania, nos esperará con el ajetreo de sus cientos de motoristas y la ropa tendida en las humildes calles populares, en una ciudad cuyo casco histórico también ha sido reconocido, en 1995, como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El día continuará con la navegación hacia la célebre isla de Capri, con unas espectaculares vistas del mar Tirreno, restos arqueológicos y varios comercios de firmas exclusivas, dada su condición durante años de isla apreciada por la ‘jet set’ internacional.

En ambas opciones, tanto la visita a Roma como el día de viaje por Pompeya, Nápoles y Capri, regresaremos al hotel al final de la jornada, la penúltima de esta magnífica experiencia por tierras italianas. Tiempo para descansar y para preparar la vuelta a casa.

Día 8: Roma – España. ¡Arrivederci, Italia!

Ha pasado algo más de una semana en lo que, seguro, se habrá convertido en un inolvidable ‘Viaggio in Italia’ por los mejores enclaves de un país repleto de destinos maravillosos. Historia, arte, cultura, tradiciones, paisajes… todos vuelven en nuestro equipaje, grabados en nuestro recuerdo, con la reconfortante sensación de haber aprovechado cada minuto, cada sensación de estos magníficos días.

Saboreamos nuestro (hasta el momento) último desayuno en tierras italianas para disponer de unos momentos de tiempo libre antes de que nos trasladen al aeropuerto. ¡Gracias por acompañarnos!