Día 1: España – Milán. Comenzamos a adentrarnos en Italia
Empezamos el itinerario, con unos intensos días por delante que nos llevarán a conocer lo más destacado de Milán, Venecia, Florencia, Roma y Nápoles. Para eso, con todo lo necesario listo en la maleta, toca presentarse dos horas antes de la salida del vuelo en el aeropuerto. El vuelo despega con destino a Milán, la segunda ciudad más importante del país. Para muchos, es una ciudad con poco que ofrecer, al compararla con otras monumentales urbes italianas que atesoran infinidad de joyas artísticas. Pero Milán posee un encanto especial para todos aquellos que saben descubrirla; esta ciudad siempre sorprende y cuenta con muchos puntos turísticos que merecen la pena conocer.
Justo después de aterrizar, nos recogerán en el aeropuerto para realizar el traslado al hotel donde nos alojaremos. En estas horas que quedan hasta el final del día podremos realizar una breve toma de contacto, por nuestra cuenta, a la ciudad o descansar en el hotel, si lo preferimos. Antes de dormir, tendremos la oportunidad de dar una vuelta y tomar un delicioso cappuccino en alguno de sus cafés más tradicionales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, como el Zucca, el Tavegia o el Cova.