Día 2: Roma. Un gran legado histórico, una gran cultura, una gran ciudad
Transporte
Autocar, minibús o van
Visitas
Panorámica de Roma
Amanece en la Ciudad Eterna. Toca desayunar y coger energías para disfrutar de este maravilloso día que te espera. Empiezas con una visita panorámica en autobús por los lugares más emblemáticos de la urbe. Recorriendo el encantador río Tíber y sus artísticos puentes pasarás por los edificios más importantes con explicaciones de las historias y secretos que guardan por parte de un guía local. Así pues, en primer lugar, encontrarás el espectacular castillo de Sant’Angelo, el guardián de Roma.
En segundo lugar, la preciosa isla Tiberina ubicada en medio del río. Seguidamente, el inmenso Circo Máximo, un escenario que en la Antigua Roma fue creado para eventos como carreras de carros y que tenía capacidad para 300.000 espectadores. También descubrirás otros tesoros como la pirámide Cestia recubierta de mármol, las históricas murallas aurelianas que se construyeron con la finalidad de impedir las invasiones bárbaras, los restos de las termas de Caracalla, la colina de Celio y su basílica de San Juan y San Pablo, las fabulosas basílicas de San Juan de Letrán y de Santa María la Mayor…
El resto del día dispones de tiempo libre. Pero, si lo deseas, te ofrecemos de forma opcional una visita a los museos Vaticanos. Se trata de un espectacular conjunto de colecciones, galerías y salas con auténticas obras de arte propiedad de la Iglesia Católica. De entre los tesoros más preciados se encuentra la emblemática capilla Sixtina y su increíble decoración pintoresca en manos de Miguel Ángel, tal y como muestran El juicio final y La creación de Adán. También visitarás aquí una de las iglesias más importantes del mundo, la gran basílica de San Pedro, lugar donde se llevan a cabo las ceremonias papales.
Por la tarde, tendrás la oportunidad de hacer una excursión opcional, a pie, en la que aprenderás la historia y la evolución de Roma con un guía local al tiempo que visitas los edificios y lugares que reflejan las distintas etapas de la ciudad. La Roma Imperial se ve reflejada en el Valle del Coliseo y su inmenso anfiteatro, el más grande del mundo romano. En la colina del Oppio y la casa de Nerón, la colina Capitlonia, el Foro (centro de la ciudad en su día) y el teatro de Marcelo también podrás observar el legado de esta primera etapa de la urbe. El Moisés de Miguel Ángel, una preciosa escultura de mármol blanco basada en el personaje bíblico, es una muestra de la etapa renacentista. Finalmente, la plaza Venezia, junto a su altar de la Patria, representa la última etapa de Roma: la unificación de Italia.