Día 8: Santorini. Paz y fiesta en una sola isla.
Transporte
Autocar, minibús o van
Después de desayunar en el hotel podremos dar rienda suelta a nuestros sueños en esta isla griega, ya que tendremos tiempo libre para disfrutarla según nuestras apetencias. Las opciones son variadas y las más extremas tienen que ver con su forma de media luna. Si en una de sus caras podemos disfrutar de lo apacibles de sus playas y sus cristalinas aguas, en la otra tendremos ante nosotros la opción de sumarnos a las fiestas de sus múltiples bares nocturnos.
En Thira, la capital de la isla, podremos observar el agujero que el volcán ocasionó en la erupción que formó estas islas. Asimismo, podremos contemplar las típicas construcciones del lugar perdiéndonos por sus callejuelas que a buen seguro nos llevarán hasta la catedral ortodoxa, la catedral católica y el museo arqueológico.
Oia es, por su parte, un lugar más turístico debido a sus acantilados y a las hermosas vistas que aquí se pueden ver del anochecer. ¡Dignas de las mejores postales! Este lugar nos ofrecerá esas perfectas imágenes en las que las casas blancas con sus ventanas y cúpulas azules han dado la vuelta al mundo.
Mientras, en Emborio, con un carácter más medieval, podremos contemplar un núcleo urbano con callejuelas que nos conducirán hasta un castillo. Los aficionados al arte bizantino estarán aquí de enhorabuena si visitan Messa Gonia, donde los amantes del vino tendrán una muy agradable sorpresa por la belleza que conforman los paisajes de sus viñedos.
Santorini también nos ofrecerá la posibilidad de visitar el yacimiento arqueológico de Akrotiri junto a los restos de la antigua ciudad minoica. La ventaja de este lugar es que tras la visita cultural podremos relajarnos en sus playas, más tranquilas que en otros rincones de la isla.
En todos estos lugares podremos comprar souvenirs en las numerosas tiendas de artesanía que se extienden por doquier y en las que tendremos la opción de elegir entre joyas hechas a mano, esculturas o textiles bordados.
Después de tanto ir y venir y de un ratito para el shopping, Santorini también nos premiará con ricos vinos y suculentos platos típicos de la gastronomía griega, como las keftedes (bolas de carne picada) o los dolmades (un guiso de carne acompañado con hojas de vid). En el recetario local tampoco faltarán mariscos y pescados locales y los postres típicos de la zona como la baklava (tarta con hojaldre, miel y almendras).
Al atardecer, otro Santorini se presentará ante nosotros. Será el de la animación y las fiestas en el que sin duda habrá espacio para el bullicio de sus discotecas y bares, incluidos los que están al ladito de la playa, y que harán posible degustar un buen coktail con los pies en la arena o directamente en el mar. Tras este intenso día llegará el momento de retirarnos a descansar a nuestro hotel. Nuestro viaje continúa y las sorpresas siguen estando garantizadas.