Día 6: Asuán - Abu Simbel - Asuán. Conociendo a Ramsés II
RÉGIMEN
Desayuno, comida y cena.
Transporte
Autocar, minibús o vanCrucero
Visitas
Templos de Abu Simbe
Alta presa de Asuán
Obelisco inacabado
Estamos en Asuán, pero la excursión de hoy está a unos 300 kilómetros más al sur de donde nos encontramos, así que a primera hora de la mañana nos pondremos rumbo a Abu Simbel, el templo dedicado al faraón Ramsés II. Este monumento es una de las reliquias de Egipto. Está compuesto por diversos edificios que rinden homenaje no solo al monarca, sino también a otros antiguos dioses y faraones. Lo que más llama su atención es la espectacular fachada, que destaca por las cuatro estatuas del faraón que sobresalen de ella. Estos colosos, que representan al faraón sentado en su trono, miden más de 20 metros y se han convertido en un icono del Antiguo Egipto. Sin duda alguna, este edificio es una auténtica maravilla y logra dejar boquiabierto a todo aquél que lo contempla.
Su templo vecino está dedicado a la esposa de Ramsés II, conocida como Nefertari. La construcción es muy similar a la de su marido, aunque las dimensiones son más pequeñas. Lo importante de este edificio es que es uno de los pocos de Egipto que están dedicados a una figura femenina. De hecho, el complejo en sí es tan rico en historia y en arquitectura, que la Unesco lo incluyó en su lista de Patrimonio de la Humanidad en el año 1979.
Nuestra ruta continuará hasta llegar a la espectacular Alta Presa de Asuán, una de las grandes obras de ingeniería del mundo. Se trata de una mega construcción que se alzó entre los años 1959 y 1970 con el objetivo de salvar a las localidades cercanas al río Nilo de las inundaciones que sufría este canal de forma repentina. Las dimensiones de esta presa son sorprendentes: 3600 metros de largo, 980 de ancho en la base, 40 metros de ancho en la cúspide y 111 de alto. Lo mejor de todo es que puede dar salida a 11000 metros cúbicos de agua por segundo. ¡Increíble!
La última parada de la jornada tiene nombre propio: el Obelisco inacabado. Descansa en las famosas canteras del norte de Asuán. Se dice que se estaba construyendo para que se juntara con el Obeliesco laterano de Karnak, actualmente situado en Roma. No obstante, sufrió una grieta y se dejó sin terminar. Será después de esta última actividad cuando regresemos al barco con la intención de disfrutar de un descanso reponedor. ¡Dulces sueños!