Día 3: Lúxor - Esna - Edfú. Imprescindibles de Egipto
RÉGIMEN
Desayuno, comida y cena.
Nos encanta despertarnos en las tranquilas aguas del río Nilo. La verdad es que es un gran privilegio ser testigo de una experiencia tan fascinante como esta. La jornada de hoy promete, y está pensada para el disfrute de los viajeros. Por eso, los que quieran quedarse a bordo podrán hacerlo, aunque los que prefieran sentirse como Harrison Ford en la película “Indiana Jones, en busca del arca perdida” podrán apuntarse a una excursión que superará todas sus expectativas.
Para empezar, tocaremos tierra en la asombrosa Necrópolis de Tebas. Este emplazamiento, también conocido como Waset, es realmente imponente. Si solo con verlo ya impacta, imaginaos como será cuando lo sintamos tan cerca. La esencia histórica que desprende este lugar es única. Fue capital del país durante el Imperio Medio (2061 y el 1785 a.C.) y el Imperio Nuevo (1551 y 1080 a.C.), además de ser la ciudad más venerada del territorio. En su interior descansan grandes complejos funerarios, sobre todo las tumbas de faraones del Imperio Nuevo que bien merecen ser respetados. Este lugar rezuma una belleza muy singular que nos cautivará al instante. Lo mismo le ocurrió a la Unesco en el año 1979, momento en que clasificó las ruinas de la Necrópolis de Tebas como Patrimonio de la Humanidad.
Cabe destacar que desde este punto podremos contemplar el asombroso Valle de los Reyes, lugar en el que se encuentran enterrados muchos faraones del Imperio Nuevo. De hecho, actualmente hay contabilizadas unas 60 tumbas. No muy lejos de este enclave está el templo funerario de la Reina Hatshepsut, alzado en honor a Amon-Ra, Dios del Sol. Esta construcción destaca por estar edificada en lo alto de una colina y por sus terrazas escalonadas que alcanzan los 30 metros. Terminaremos el recorrido con los Colosos de Memnon, dos grandes estatuas de piedra que representan al faraón Amenhotep III y que aparecen en posición sentada.
La jornada en tierra llegará a su fin al volver al embarcadero para subirnos al barco de nuevo y seguir surcando las aguas del río Nilo, que nos llevarán hasta la impresionante esclusa de Esna. Aquí veremos a otros cruceros, ya que es un punto de parada obligatoria para todo tipo de embarcaciones. Eso se debe al desnivel de 10 metros que hay en la zona y que se cruza mediante un sistema de piscinas. ¿Preparados? ¡Va a ser impresionante! Hoy volveremos a hacer noche a bordo de la embarcación mientras nos dirigimos hacia nuestro próximo destino: Efdú.