Día 1: España – Dubrovnik. Hacia Croacia, donde la gastronomía y la naturaleza conviven con el visitante
Cuando hayamos comprobado que no olvidamos nada en casa, saldremos hacia el aeropuerto. Debemos llegar al menos dos horas antes de la salida de nuestro vuelo, un vuelo que nos llevará a Croacia, un país pequeño, pero lleno de contrastes y una cultura muy característica, ya que está situado a caballo entre oriente y occidente. Durante los días que dure nuestro viaje, veremos unos paisajes espectaculares y, además, tendremos la oportunidad de conocer la cultura y la historia del país.
Una vez cómodamente sentados en nuestros asientos en el avión, podremos repasar lo que nos espera a lo largo de los ocho días que tenemos por delante, empezando por Dubrovnik, antiguamente llamada Ragusa, una hermosa ciudad rodeada de murallas de casi dos kilómetros de longitud y que parecen salir del mar, una ciudad llena de palacios e iglesias, cuyo casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979.
Cuando aterricemos en Dubrovnik y recojamos nuestro equipaje, encontraremos a alguien que nos estará esperando para darnos la bienvenida y llevarnos al hotel para registrarnos y tomar posesión de nuestras habitaciones. Después, será el momento de cenar y retirarnos a pasar la noche.