Empezamos por Bélgica y su capital; Bruselas donde el mundo gremial dejó presente su poder con numerosos ejemplos de gótico civil que culminan en la famosa Grand Place. La animada ciudad nos invita a salir y a cenar una cazuela de mejillones en el famoso Chez Leon. Pero la noche no acaba aquí, todavía nos queda pasar por la reputada cervecería Delirium; pero como en todos lados, hay sitios secretos que sólo un guía te puede mostrar.
Al día siguiente tendremos la posibilidad de conocer otro de los lugares más especiales de Bélgica; Amberes, la capital del diamante nos sorprenderá con su arquitectura renacentista y su puerto. Nuestro viaje continúa con Brujas y Gante, dos lugares para dejarse perder pero siempre acompañados de una buena cerveza trapense y chocolate artesanal. Porque sí, Bélgica es cuna de cerveza con sus 1200 marcas. Y quién no ha oído hablar del chocolate belga? Todo un gusto para el paladar.
La cuarta jornada del tour nos lleva hasta Lovaina, sede de la Universidad más importante del país. La plaza del mercado es una fiesta, con sus miles de estudiantes que disfrutan de la vista tomando una Stella Artois, la cerveza de la ciudad. Las campanas de la catedral me avisan de la hora; tenemos que continuar para conocer la región de Valonia. Nos alejamos de Flandes por unos días y llegamos hasta Dinant y su fortaleza. Conocida como la “hija del Mosa” nos presenta una de las vistas más bonitas del país. Seguiremos hasta Durbuy o la ciudad más pequeña del mundo y enclavada en medio de las Ardenas. Este lugar de cuento atrapa todas las miradas.
Partimos dirección Alemania para conocer la capital que da nombre a esta ruta; Aquisgran. Se trata de una de las ciudades preferidas en la ruta. Con su perfecto casco histórico y su rico patrimonio, Aquisgran alberga una de las piezas clave de este viaje: la tumba de Carlomagno. Haremos un alto en el camino para conocer Colonia, una de las ciudades más antiguas de Alemania y mundialmente conocida por su Catedral y por su “Agua de Colonia”; Y es que son tierras de manantiales en las que uno podrá aprovechar también de los beneficios de sus aguas termales. Tierras de vino y arte. Recorreremos el maravilloso valle del Rhin con sus perfectos viñedos y Castillos medievales que coronan las lomas del terreno. En este lugar se respira tranquilidad y por eso es el lugar preferido por los Alemanes para descansar. Nada mejor que tomar un vino y deleitarse con la belleza del Rhin, con sus pueblos medievales y sus casas de entramado de madera. Todo es un sueño, pero un sueño real.
Dejamos el Valle y seguimos hasta Frankfurt, la capital económica del país. Ciudad que sorprende por su arquitectura vanguardista y su pequeño centro histórico. Aquí se respira modernidad con tradición gastronómica. Miles de personas beben cerveza mientras disfrutan de unas buenas salchichas de Frankfurt. Falta por conocer la ciudad de Treveris, una de las ciudades más antiguas de Alemania y que todavía posee grandes ejemplos de su periodo de esplendor en época Romana. Finalmente dejamos Alemania para llegar hasta Luxemburgo, este Gran Ducado es uno de los mejores ejemplos del poder económico en Europa. Un lugar para pasear y deleitarse con sus vistas desde la Chemin de la cornise.
Ven y conoce por qué estas tierras fueron objeto de deseo de muchos pueblos. Su belleza, sus recursos, su gastronomía y su arte hacen de la ruta un paseo único e inolvidable.