Uno de los grandes protagonistas de cualquier viaje con todo incluido a Varadero es la naturaleza. La ciudad es conocida mundialmente por sus playas, entre las que destacan la Playa de Varadero y la Playa Coral, a apenas 15 kilómetros de distancia. Sus aguas cristalinas son el punto de Cuba más cercano a los Estados Unidos y son el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del sol y de la arena. No obstante, si necesitas actividades un poco más atrevidas, también estás de enhorabuena, ya que estas playas son perfectas para practicar distintos deportes acuáticos, como el snorkel o el buceo.
Aunque las playas son lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en Varadero, hay que tener en cuenta que aquí también se sitúan el Parque Josone o la Reserva Ecológica de Varahicacos, dos zonas verdes en las que disfrutar de la vegetación y la fauna exóticas del Caribe en su hábitat natural. Para conocer sus bosques y lagunas no dudes en buscar una excursión organizada, con guía, que pueda mostrarte todos los secretos ocultos en Varadero.
Pero las maravillas de la naturaleza no se encuentran tan solo en la superficie. En Varadero puedes disfrutar de otro tipo de formaciones paisajísticas: las cuevas.
Las Cuevas de Bellamar, por ejemplo, no solamente tienen un paisaje protagonizado por estalactitas y estalagmitas, restos fósiles de diversas especies marinas y lagunas impresionantes, sino que también tienen importancia en la historia de Cuba, por haber sido el refugio de los indígenas en tiempos pasados.
Otra visita subterránea que merece la pena es la Cueva de Ambrosio. Aquí la historia deja su huella en forma de pintura rupestre, por lo que podrás conocer las inquietudes de los habitantes de la isla de hasta hace más de 40.000 años. Conocer un poco más sobre la prehistoria caribeña es posible visitando estas instalaciones, una parada obligatoria para los apasionados de la historia y para los que quieren conocer Cuba desde un prisma totalmente distinto.
Una vez hayas terminado el día, tras haber descansado en la playa o haberte animado a conocer un poco más de la cultura cubana, es momento de tomarse la vida con calma y probar algunos de sus platos típicos.
Las influencias indígena, africana y española se reúnen en la gastronomía cubana, protagonizada por las salsas, los guisos y los estofados. Los pescados típicos del Caribe tienen un lugar muy especial en la gastronomía cubana, igual que los tubérculos típicos, como el ñame, la yuca o la batata. Elementos exóticos, como los cítricos o el plátano, cocinado de tantas maneras como puedas imaginarte, terminan de dar el toque a una de las cocinas más queridas del Caribe.
Pero la gastronomía cubana también abarca el mundo de la coctelería, mundo que es mejor conocer pasando una noche por los locales más frecuentados de Varadero. Los mojitos y los daikiris, las bebidas basadas en ron en general, serán los protagonistas de la noche.
Varadero se sitúa a tan solo 150 kilómetros de La Habana, y mucho más cerca todavía de Matanzas. Es una ciudad costera, por lo que resulta muy fácil visitar otras islas que componen el país, como los Cayos (Cayo Cruz del Padre, Cayo Ranas, Cayo Cabezos...).
Además de moverte hasta la capital de Cuba, desde Varaderos es muy sencillo visitar otros enclaves de la isla, algunos llenos de historia, como Santa Clara, otros convertidos en los centros artísticos del Caribe, como Cienfuegos.
Los que se quedaron con más ganas de naturaleza podrán acercarse hasta el Parque Nacional Ciénaga de Zapata, un humedal amplísimo, muy bien conservado, en el que disfrutar de la sabana y donde conocer el paisaje tan característico de los manglares, junto con toda la vegetación y fauna que eso conlleva.