Y es que Zúrich es una de las mejores ciudades suizas para recorrer mientras disfrutas de calles empedradas y los Alpes como telón de fondo. Hace años que se sitúa en el ránking de ciudades con mayor calidad de vida del mundo. Si estás buscando un destino que reúna descanso, naturaleza, arquitectura, vida nocturna y arte, Zúrich es sin duda tu destino.
Una buena forma de descubrir la ciudad es a través de su casco antiguo. En plena ciudad moderna emerge este vecindario lleno de encanto histórico y calles estrechas que se elevan abruptamente sobre el lado este del río. Pasea por Münstergasse hasta Napfgasse con Brunnenturm para contemplar la sede de los cambistas lombardos en los siglos XIV y XV. El punto focal de Zúrich, y uno de los lugares favoritos de locales y viajeros, es su lago. Su costa, rodeada de paseos y parques, es uno de los enclaves más concurridos y agradables para descansar de un largo paseo. Antaño, el lago era sobre todo vía de tránsito y de transportes. Hoy es un destino popular de excursiones, siendo sus orillas zonas residenciales muy solicitadas. La mejor forma de descubrirlo es en barco de vapor. Los barcos de línea enlazan durante todo el año con los pueblecitos situados en su orilla. Desde el Gipfeli-Schiff, para los más madrugadores, hasta el Sonnenuntergangs-Schiff si quieres disfrutar de la puesta de Sol, estos barcos ofrecen múltiples rutas. Una de nuestras recomendaciones es llegar hasta Bürkliplatz donde se celebra cada sábado un mercadillo de hasta 500 puestos. Si eres amante del arte aquí se encuentra uno de los principales museos de arte de Europa: el Kunsthaus. Creado en 1787 por una sociedad de artistas, aquí encontrarás más pinturas de Charles Munch que en ningún otro museo o la colección de obras más importantes de Monet. La calle principal de Zúrich es la concurrida Bahnhofstrasse que se extiende desde la estación principal de trenes hasta la Bürkliplatz. Esta calle peatonal de 1.200 metros es una de las calles comerciales más atractivas de Europa. La sección central de la calle fue construida en 1.867. Para ello tuvieron que rellenar primero el un antiguo foso, el Fröschengraben. Entre los edificios más interesantes destacan el edificio Weber, reconstruido en 1.912 y 1.928; el complejo de grandes almacenes Jelmoli; la fachada de 1.913 del edificio Peterhof o el Leuenhof. Pero sin duda, lo que convierte a esta iglesia en un edificio único son los cinco vitrales creados por Marc Chagall en 1970. De izquierda a derecha, las vidrieras de colores vivos muestran el ascenso de Elías al cielo; escenas de la vida de Cristo, un ángel que anuncia el fin del mundo y a Moisés. La roseta en el crucero sur también es obra de Marc Chagall. En el crucero norte hay otra impresionante vidriera, El paraíso celestial, creada por Augusto Giacometti en la década de 1940. Siguiendo con el recorrido por la ciudad, a lo largo del Limmatquai- una popular calle comercial junto al río- podrás contemplar las casas de los distintos gremios que gobernaron las ciudad hasta 1.789. El Ayuntamiento de Zúrich, el Rathaus, es fácil de distinguir ya que sobresale del río sostenido por amplios arcos. Construido entre 1694 y 1698 este enorme edificio del Renacimiento cuenta con impresionante decoración esculpida y una sala ceremonial barroca que merece la pena visitar. Los zuriqueses son amantes de la alta cocina y los platos internacionales. Zúrich presenta una de las más altas densidades de estrellas Michelin por habitante de toda Europa. Asimismo, no puedes dejar de probar las típicas “beizen”, asistir a los festivales de comida callejera o a los restaurantes ubicados en naves industriales que gozan de gran popularidad. Una recomendación es el Festival de Comida de Zúrich que se celebra anualmente y donde podrás saborear comida de todas las partes del mundo. Finalmente, cada año en septiembre, Zúrich se convierte durante once días en una meca del cine que ofrece al público el estreno de nuevas películas en presencia de famosos actores y directores. Si tu visita cuadra con las fechas, no dejes pasar la oportunidad de asistir a uno de los pases del Festival Internacional de Zúrich.