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Pequeña, manejable y con mucho encanto

“Tartu Vaim”

“Tartu Vaim”, el “espíritu” de Tartum del que hablan sus lugareños puede respirarse nada más poner un pie en sus calles.

Pequeña, manejable y con mucho encanto Tartu es a Estonia lo que Oxford o Cambridge a Reino Unido. Cuna de intelectuales, la Universidad de Tartu - principal y más importante del país- la ha situado en el mapa como uno de los destinos estudiantiles más aclamados. Sin embargo, sean cuales sean tus preferencias, la ciudad tiene mucho que ofrecerte. Cuna del renacimiento nacional de Estonia en el siglo XIX, su hermoso centro está bordeado por edificios de diseño clásico del siglo XVIII. Su institución más importante es la universidad de Tartu, fundada en 1632 por Gustavo II Adolfo de Suecia, aunque en la ciudad se cuentan hasta siete universidades. La fachada de la Universidad impresiona con su estilo neoclásico y sus seis columnas corintias. Además, en su interior, alberga una sorpresa. Se trata de una celda de prisión donde encerraban a los estudiantes que durante el siglo XIX cometían alguna infracción.

Aquí estudiaron el pionero de la química física y ganador del premio Nobel de química, Wilhelm Ostwald; el físico Heinrich Lenz; y el fundador de la embriología, el científico natural Karl Ernst von Baer. No te asustes si al pasar ves a un grupo de estudiantes quemando libros y apuntes. Es la tradición una vez aprobados sus exámenes. La plaza del Ayuntamiento o Raekoja es quizás el lugar más visitado de Tartu. Esta pintoresca plaza en el centro de la ciudad se siente como el epicentro de la misma. Tiene forma de cuña y discurre desde el ayuntamiento de la ciudad hacia el río Emajõgi que fluye a través de Tartu.

Enclaves destacados de Tartu

El barrio de la “sopa”

Uno de los barrios más inusuales e interesantes para visitar en Tartu es el barrio de Supilinn. Conocido cariñosamente como el barrio de la “sopa”, este distrito, lleno de viejas casas de madera, tiene calles con nombres de ingredientes de sopa como Pea Street y Potato Street. Antiguamente fue un barrio humilde donde vivían los universitarios.

Arte callejero local

Como muchas ciudades universitarias, Tartu desprende espíritu creativo. Uno de los aspectos más notables de esta creatividad es la arraigada cultura del arte callejero. Desde grandes murales que adornan los costados de edificios y museos, hasta pequeños retratos que aparecen en ventanas cerradas de edificios antiguos. Los fanáticos del graffiti han creado un mapa de arte callejero para no perderse ninguna de estas creaciones callejeras.

Parque Toomemäe

La universidad de Tartu se encuentra cerca del centro de la ciudad en la llamada colina de Toomenag, una pequeña colina que se abre paso detrás de la plaza del ayuntamiento. Fue aquí donde los primeros colonos construyeron fortificaciones en el siglo VII. Hoy, la colina alberga el Parque Toomemäe, un hermoso espacio verde lleno de estatuas y hermosos monumentos. A pocos metros, el Puente del Ángel y el Puente del Diablo. Dos de los más antiguos de la ciudad. Se dice que si pides un deseo al cruzar el Puente del Ángel por primera vez, se hará realidad.

Estatua de los Amantes

A cada lado de la plaza del ayuntamiento encontrarás edificios neoclásicos de colores pastel. En el centro se sitúa uno de los símbolos de la ciudad, la famosa Estatua de los Amantes, diseñada por Mati Karmin, y la denominada Casa Torcida de Tartu. Esta acoge en su interior el museo de arte de la ciudad. Justo enfrente de la misma, encontramos otra de las esculturas más fotografiadas: “Mujeres de campo”. Otro de los símbolos que mayor orgullo genera en la ciudad son las esculturas de Oscar Wilde y su homónimo estonio Eduard Vilde charlanda en un banco.