Gastronomía, castillos medievales, aventura, naturaleza o desconexión total hacen de Sigulda el destino perfecto y el lugar donde se abrazan adrenalina y belleza medieval.
Y es que Sigulda es una excepción en todos los sentidos. Para empezar su ubicación. Acostumbrado a un país plano como es Letonia, donde el punto más alto está a solo 310 metros sobre el nivel del mar, esta ciudad es una verdadera rareza. Se encuentra en una posición elevada sobre el valle del río Gauja, rodeada de bosques. Sigulda es conocida por sus tres castillos medievales, cuatro si se cuenta la casa señorial ubicada al otro lado del valle del río en Krimulda. Actualmente está en proceso de rehabilitación pero su entorno bien merece también una visita. Una buena opción es comenzar la ruta por el castillo más antiguo: el Castillo Medieval , también conocido como Castillo de la Orden de Livonia. Fue construido en el siglo XIII por los Hermanos Livonios, una fraternidad de monjes guerreros, cuya misión era proteger su tierra natal de Livonia, que corresponde aproximadamente a la actual Letonia. El castillo fue dañado durante la guerra polaco-sueca y su estado actual no le hace justicia. Sin embargo, es posible subir a las torres del castillo para disfrutar de las vistas sobre el valle del río y del castillo de Turaida que fue en su día hogar del obispo, el archienemigo de los hermanos Livonios. Ubicado al otro lado del valle del río, a unos 15 minutos en coche de Turaida, y en un hermoso enclave de amplios terrenos, te recomendamos que dediques un par de horas a esta visita. El edificio principal del castillo se encuentra a orillas del valle del río y cuenta con unas vistas espectaculares. Además, el castillo ofrece una serie de exposiciones sobre la historia de Letonia y su cultura. Sus alrededores también son merecedores de conocer.A pocos metros se encuentra una granja donde podrás conocer toda la historia de los livonios, la gente nativa ugrofinesa de Letonia. ¿Sabías que el último hombre nativo de Livonia murió en 2013?. Aquí podrás aprender y escuchar algunas de las anécdotas para entender mejor la cultura letona y sacar el máximo provecho a tu viaje. Otra parada histórica antes de dejar Turaida es la tumba de la Rosa de Turaida. Se encuentra en una pequeña iglesia luterana de madera y honra la memoria de esta doncella legendaria que sacrificó su vida para no traicionar a su amor.