¿Sabías que Luxemburgo es una monarquía? La constitución de 1868 establece que el país se rige por una monarquía constitucional en la que el gran duque y su gabinete ostentan el poder ejecutivo. Por esta razón, Luxemburgo también es conocido como el Gran Ducado. Y es que ya a principios del siglo XIX los monarcas neerlandeses eran Grandes Duques del país.

De este modo, uno de los grandes atractivos de Luxemburgo para el viajero es seguir la senda de la familia real, una de las más estables de todo el continente. El primer lugar que debes visitar es el Château Colmar-Berg, de 1911, que sirve como residencia para el Gran Duque, Enrique, y su esposa, la plebeya de origen cubano María Teresa. No se puede visitar por dentro, pero se puede ver si te acercas hasta la localidad donde está situado. Sin embargo, sí es más probable que te encuentres al Gran Duque o algún miembro de su familia en la calle, el cine o en una tienda porque suelen llevar una vida muy alejada de los boatos de palacio. Eso sí, son tremendamente respetados en todo el país y, de hecho, la boda del príncipe heredero Guillermo fue el gran acontecimiento del año 2012 en Luxemburgo. La ruta monárquica por Luxemburgo tiene otra cita obligatoria: el Palacio Real, un espectacular edificio de 1573 que destaca por sus puntiagudas torres y su gran tamaño. Actualmente alberga el despacho del Gran Duque y la sede del Parlamento nacional. Si quieres visitar su espléndido interior, debes viajar los meses de julio y agosto, cuando se organizan rutas guiadas. Ten en cuenta que no hay muchas plazas disponibles, así que si puedes reservar con horas o días de antelación, mejor.