París es una de las ciudades más importantes e influyentes del mundo además de una de las metrópolis más visitadas de Europa, y motivos no le faltan. Quizás sea por su maravillosa Torre Eiffel, la interminable red de metro que la recorre, o las orillas del Río Sena; o tal vez por su idioma, por sus rincones o su historia. Es un lugar que puede visitarse una y otra vez sin que lo terminemos de conocer al cien por cien. La ciudad de la luz y la ciudad del amor reclaman la atención del viajero por sus múltiples atracciones.
Hay cientos de lugares de interés, pero conviene tener claros los imprescindibles. Y entre estos están la torre Eiffel, la catedral de Notre Dame, los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo, Los inválidos, el Grand Palais y el Petit Palais, La Madeleine, el Palais Royal, la Basílica del Sagrado Corazón, la Ópera de la Bastilla, El Panteón, Ile de la Cité, los Jardines de Luxemburgo junto con los Jardínes de las Tullerías, la plaza Vendome, el animado Barrio Latino o la romántica zona de Montmartre, ¡pero hay muchos más! Conviene decidir qué ver en función de los días de la visita para trazar mejor la hoja de ruta. Una vez lo tengamos claro es bueno saber que el medio de transporte aconsejado para moverse por París es el metro. La experiencia perfecta combina el esparcimiento y la animación, con tiempo para conocer su exquisita gastronomía además de ir a ver una exposición en el Louvre o buscar una ganga en el Marché aux Puces de Montreuil.