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Los singulares museos de Túnez

De paseo por la cultural capital

Túnez está repleto de pequeños museos en las distintas ciudades que acotan una parte de su historia y la presentan de forma más o menos atractiva.

Algunos son muy clásicos, como por ejemplo el Museo Nacional de Cartago, donde un gran edificio alberga restos arquitectónicos del pasado tunecino. Otros tienen temáticas mucho más específicas, y su visita nos enseñará facetas relacionadas con los locales que quizás no nos habíamos planteado. Algunos ejemplos pueden ser el Museo del Corcho, en Tabarka, donde podremos ver la técnica de fabricación de este material y su importancia local; también el Museo de los Mosaicos, en Susa, dedicado a este arte que se encuentra en cada rincón de Túnez; el Museo de la Moneda en la entrada del banco central; o el Museo del Sahara en Douz, a las puertas del desierto. Otros están dedicados a las artes y el folklore, y se encuentran repartidos por la mayoría de las ciudades tunecinas que más visitas reciben. Pero el más importante a nivel nacional e internacional es en Museo del Bardo. Situado en el Palacio del Harem del Bey Mhammed, en Túnez, este museo ha ido creciendo para poder acoger su actual colección de arte que va desde la prehistoria hasta la actualidad. El edificio es un monumento de especial interés en sí mismo, pero su colección es lo que le da el verdadero valor y el prestigio internacional. La gran belleza e importancia de este museo se debe, entre otras facetas, a su inmensa colección de joyas púnicas y a sus hermosos mosaicos romanos de distintas dataciones.