Las islas están flanqueadas por montañas, de ahí también que se le conozca como ”el muro de Lofoten”.
Además de sus auroras boreales en invierno, de su sol de medianoche y de las rutas que se pueden hacer por la isla a lo largo de los meses más templados, Lofoten esconde otro espectáculo: cuando los pescadores ponen a secar el bacalao capturado en bastidores de madera. Sus coloridos pueblos y sus amables habitantes son otros de sus reclamos. Te animamos a realizar cada día una excursión diferente, desde caminar, cabalgar o montar en bici por sus verdes senderos entre montañas y valles verdisimos, hasta surcar sus abruptas costas en kayak o hacer snorkel en sus aguas árticas.