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Las delicias de Francia, ¡bon appetit!

Gastronomía

Para los amantes de la buena comida, los vinos y la gastronomía francesa es una delicia para los paladares.

En la cocina tradicional se puede distinguir la clásica y la de mujeres. La primera son platos más finos y caros, elaborados con los mejores ingredientes. Y la segunda opción es la casera, menos conocida por el gran público, pero muy auténtica y variada en función de la región, pues depende de los ingredientes de la temporada. Por ejemplo, en Alsacia y Lorena la base de los platos más típicos es la carne, ya sea de cerdo, ternera o cordero. Y es que como es lógico cada zona posee su propia cocina. En el suroeste de Francia se usa el aceite y es típico el foie gras, las setas y el armañac -un brandy típico- mientras en el en noroeste cocinan con mantequilla y comen crème fraiche y manzana. En el sudeste se percibe la influencia de Italia y hay más aceitunas, tomate y finas hierbas, mientras que en el norte hay más salchichas o patatas. La gastronomía francesa se remonta a la Edad Media cuando los banquetes terminaban con lo que hoy ya se conoce como postre. Guillaume Tirel fue el primer maestre de la época que además recogió sus recetas en el primer libro que se distingue de la comida romana. Tiempo después, en el Antiguo Régimen, se incorporaron productos llegados de América. Y ya en el siglo XVII se sientan las bases de la cocina como se la conoce actualmente.

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Cassoulet, el sabor del sur

También se le conoce como el caçolet en occitano. Es un guiso de alubias blancas o frijoles acompañados de carne de diferentes tipos. El plato es típico del sur, donde es tradición y muy popular, en especial de Mediodía-Pirineos y Languedoc, aunque la receta puede variar de una familia o una generación a otra. Prepararlo no es rápido, ya que antes hay que poner en remojo las alubias al menos unas horas antes. Posteriormente se cuecen a fuego lento con el resto de ingredientes. Además de la carne no suelen faltar tomates, cebollas, ajo, zanahorias y hierbas provenzales. La forma más tradicional de cocinarlo es en una cazuela de barro, de ahí su nombre.

Ratatouille, mucho más que una película de Disney

Ratatouille dio nombre a una deliciosa película de Disney, sin embargo, en el país es más conocido por ser uno de sus platos estrella. Se elabora con diversas hortalizas, ya que en realidad es una comida vegetariana. El nombre viene del verbo touiller cuyo significado es remover. Para hacerlo hay que freír en aceite de oliva a cada uno de sus vegetales y luego cocinarlos todos juntos para finalizar añadiendo especias variadas. Es un plato muy popular en toda la Europa mediterránea, pero nace en Niza y posteriormente en la región de Provenza, en el sudeste del país.

Recorrer las viñas de Flandes

Francia dedica alrededor de 774.000 hectáreas a la producción de vino, de éstas medio millón forman parte de una Denominación de Origen. Es el segundo país en superficie por detrás de España. Y es que cada año pueden producirse entre 45 y 55 millones de hectolitros de vino. Este país es el primer productor de vino a nivel mundial, alternándose con Italia, y ya tiene su propia marca nacional como parte de una estrategia de marketing para poder competir mejor. Algunas de sus señas han logrado un reconocimiento mundial y es que se les considera una parte fundamental de la gastronomía francesa. Los vinos franceses proceden de unos de los más antiguos cultivos de la vid, cuyo origen se remonta al imperio romano.

El esplendor de la repostería francesa

La repostería francesa siempre ha estado cerca del trono de la alta pastelería. Sus inicios están intrínsecamente unidos a la aparición y uso del azúcar. En el siglo XVII ya se cocinan las tartaletas de almendra; en la misma época que se crea la pasta de hojaldre. El nuevo mundo aporta el chocolate que los pasteleros de la época hacen rápidamente suyo para hacer nuevos pasteles. El croissant lo inventa un polaco en Viena, una innovación que llegará a Francia poco después. En el siglo XVIII nace Antonin Careme, el más grande pastelero de su época, a quien se le debe las piezas montadas, merengues, vol au vent, los crocantes y el perfeccionamiento del hojaldre. Le seguirán los nougat, el fondant y las masas cocidas. Y más recientemente el tronco de Navidad, las piezas montadas e incluso los macarons de hoy día.