Escocia es como un cofre pequeño y repleto de tesoros. Presume de una variedad increíble de paisajes: desde las colinas de los Borders a los archipiélagos del norte, los acantilados o los bosques y lagos del centro del país.
Si a un paisaje arrebatador se le añade una población amable, de fuertes tradiciones culturales, una buena gastronomía y el amplio abanico de oferta en arte y deporte el resultado es un viaje increíble por el que muchos turistas deciden repetir. Si algo destaca sobre el resto son las Highlands, corazón y símbolo de esta tierra en su cara más salvaje e indómita. Son tierras grandiosas con imponentes montañas y bosques que desembocan en el mar. Sus famosos fiordos son hábitat de animales en estado salvaje. Esta zona de postal deja sin aliento incluso a aquel que cree que lo ha visto todo. Los pueblos dispersos por esta región son poco habitados, se les encuentra en medio de una naturaleza abrumadora rodeados de lagos, llanuras y bosques. La capital de Escocia, Edimburgo, se halla ubicada en el norte del territorio, pero también hay otras ciudades interesantes por visitar, ya sea St Andrews o Stirling o los pueblos de Portree y Pitlochry.
