Sangre latina, paisajes mágicos, una rica historia y contrastes, muchos contrastes. Viajar a República Dominicana es viajar al paraíso. Sus playas de arena blanca y azul turquesa harán olvidarte de todas las preocupaciones y vivir en una burbuja durante tu estancia. Pero este país caribeño esconde, además, grandes tesoros como sus montañas o plantaciones de azúcar.
Del fondo marino a la montaña pasando por lujosos resorts que recuerdan tiempos pasados ligados a la plantación de azúcar o islas llenas de historia como Santiago de los Caballeros en Isla Española. Los amantes del sol podrán disfrutar en República Dominicana de días de playa y relax en un marco incomparable. La Romana se ha convertido en uno de los destinos más deseados por los viajeros, quizá sea su gran oferta de actividades o quizá sea esa combinación de historia y lujo que envuelve a sus antiguas plantaciones de azúcar. Los que busquen sumergirse en las más bellas profundidades del Mar Caribe podrán hacerlo en Boca Chica. Pero si eres de los que buscan el ying y el yang, playa y montaña, Constanza, “la Suiza del Caribe”, te enamorará.