Te ofrecemos algunas sugerencias de las edificaciones con más encanto de la isla, desde fastuosas mansiones del siglo XIX a abruptas ruinas sobre el abismo.
Uno de los castillos más hermosos de Irlanda lo encontrarás en la ciudad medieval de Limerick. Se trata del impresionante castillo del Rey Juan (King John’s Castle), una fortificación enclavada a orillas del río Shannon. Cuando lo visites y recorras sus salas podrás comprender su historia y detenerte en el año 1690, a través de informativas exposiciones. Además, podrás disfrutar de fabulosas vistas de los alrededores. Nuestra siguiente fortaleza en la lista es el castillo de Blarney, una misteriosa edificación levantada sobre estructuras de madera del siglo X y apreciada como una de las más valiosas joyas arquitectónicas del país. Cuenta la tradición, que quien besa la piedra de Blarney obtiene el don de la elocuencia, algo que reclama la visita de personalidades de todo tipo, desde políticos, a actores, pasando por viajeros de todos los puntos del planeta. Ubicado en la ribera del río Martin y rodeado de hermosas extensiones boscosas y formaciones rocosas, viajar hasta Blarney es, sin duda, una opción más que recomendable. El castillo más romántico de la isla es el castillo de Dunluce. Enclavado sobre los abruptos acantilados de la costa norte del condado de Antrim, ofrece uno de los paisajes más espectaculares y fotografiados de Irlanda. Según cuenta la tradición, concretamente en el año 1639, la cocina del castillo se desmoronó en una fuerte noche de tormenta, desplomándose al mar, en una anécdota que invita a la imaginación de todos los que lo visitan. Por último, el castillo de Coole, que se encuentra en el condado de Fermanagh, ha sido, desde su construcción en el siglo XVIII, la residencia oficial de los condes de Belmore. Rodeada de extensos y hermosos jardines, cuenta con un majestuoso interior de estilo regencia. Entre sus estancias destacan el salón ovalado y un grandilocuente dormitorio decorado únicamente para una visita del rey Jorge IV.