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Una ciudad hecha museo

De pinacoteca en pinacoteca

El románico, el renacimiento, el clasicismo o el surrealismo… Son solo algunos de los movimientos artísticos que han vivido a lo largo de la historia en Francia dejando su propia impronta. Su huella está desde en las abadías románicas a los museos de arte contemporáneo, pasando por catedrales góticas y paisajes que inspiraron a los pintores impresionistas otro de los movimientos que más se desarrolló en este país.

Francia ha descubierto a grandes pintores, famosos e influyentes de la historia occidental. Era habitual que los gobernantes del país -como fue el caso de Luis XIII y Luis XIV- acogieran a artistas, e incluso contribuyeran a crear la Academia Francesa de Bellas Artes. A mediados del siglo XIX surgió el impresionismo centrado en la representación exacta de la luz, con poses relajadas y vivos colores. Le siguió el postimpresionismo y otros movimientos a través de los cuales el mundo se movió hacia el arte moderno. Claude Monet, Camille Pissarro, Henri Rousseau, Paul Cézanne, Pierre-Auguste Renoir, Eugene Delacroix… son solo algunos de los famosos pintores franceses que hay que conocer y todos ellos están expuestos en los principales museos del país. Sí, la mayoría ubicados en su capital, París.

No puedes perderte

Visitar el Museo del Louvre

¿Se puede visitar para París y no fotografiarse en la Torre Eiffel? Lo mismo sucede con el Museo del Louvre. Es una visita esencial de la capital gala. Los franceses presumen de que el Louvre es el museo más grande del mundo, los cierto es que su superficie de exposición es de más de 60.500 metros cuadrados y en ellos hay expuestas más de 35.000 obras de arte procedentes de todo el mundo. En su haber están algunas de las obras más importantes de la historia, como la Gioconda o la Venus de Milo. El arte Islámico, Oriente Próximo, Egipto y la Escultura Medieval europea centran la planta -1. En la 0 hay verdaderos tesoros del Mundo Antiguo y en la primera planta se exponen algunas de las grandes obras maestras de la Humanidad. Antes de entrar, un consejo: vale la pena huir de la entrada de la Pirámide y entrar por los accesos alternativos, mucho menos conocidos, como la Galería du Carrousel y la Porte des Lions.

Una de las mejores colecciones de arte moderno, en el centro Pompidou

Está ubicado en el centro del barrio Beaubourg y ya sorprende por su moderna arquitectura. El Centro Pompidou fue polémico en sus inicios, cuando por iniciativa del presidente Georges Pompidou se construyó en la década de los setenta, sin embargo, hoy es un centro artístico de reconocimiento mundial por tener la colección más relevante del arte moderno y contemporáneo. Picasso, Matisse o Soulages, o Tinguely, Niki de Saint-Phalle, Klein, Arman o Warhol. Además, desde la sexta planta, también regala unas vistas incomparables de París. En Pompidou también vale la pena estar pendientes de las exposiciones temporales y además cuenta con un espacio para los más pequeños con incluso salas de cine.

De estación de tren a museo impresionista

Aunque Francia es más que su arte, sigue siendo imprescindible visitar algunos de los museos. Orsay es de arte occidental y engloba la época de los años 1848 a 1914. Es una declaración de amor al impresionismo y al movimiento postimpresionista. Está instalado en la antigua estación de tren de Orsay, que se inauguró para la Exposición Universal de 1900. Solo la decoración con su gran galería, vidrieras inmensas, o un majestuoso reloj, vale la pena. Pero además alberga multitud de obras maestras de Monet, Cézanne, Degas, Manet, Renoir, Gauguin, Van Gogh o Rodin.

Museo de Historia Natural, uno de los más visitados

Ya en el siglo XVIII el edificio en el que se ubica pasó a ser un centro dedicado a las ciencias naturales y su notoriedad se extendió por toda Europa por las importantes investigaciones que llevaban a cabo. Como museo de Historia Natural se abrió al público en el año 1907 y hoy en día es uno de los más visitados de París. Su autonomía administrativa le ha permitido abrir sedes en diversas partes del país. En su interior cuenta con una importante trayectoria histórica pero además incluye secciones como el jardín botánico, el zoológico, una galería de la evolución y el Museo del Hombre.

La excepcional colección de nenúfares de Monet, en el Orangerie

Contiene extraordinarias pinturas impresionistas y postimpresionistas, entre ellas, la inigualable colección de los Nenúfares, de Claude Monet. Además, el entorno acompaña a esta visita ya que el Museo de la Orangerie está integrado en el jardín de las Tullerías. Acoge además la colección Jean Walter y Paul Guillaume, un extraordinario conjunto que incluye lienzos de Cézanne, Renoir, Gauguin, Picasso o Matisse. Vale la pena terminar de descubrir los encantos de este recinto, dando una vuelta por los jardines y ver también las estatuas de Rodin, Maillol o Giacometti, que complementan la ruta por el Museo de la Orangerie.

El museo de Rodin, el padre de la escultura moderna

François-Auguste-René Rodin es considerado el padre de la escultura moderna por la ruptura con el canon académico del siglo XIX en Francia. Su concepción del arte le permitió inaugurar una nueva etapa en el ámbito de la escultura. Rodin residió en el Hôtel Byron, que fue adquirido por el Estado francés en el año 1905 y lo utilizó para mostrar su trabajo. Aquí pueden contemplarse algunas de las mejores esculturas de Rodin. El pensador, Los burgueses de Calais, El beso o La puerta del infierno son sus más célebres obras. La visita al Museo además vale la pena por ser un elegante palacete del siglo XVIII, clasificado como Monumento Histórico.

Carrieres des lumieres: cantera a museo audiovisual

Una antigua cantera a unos 800 metros de Les Baux-de-Provence, un pequeño pueblo medieval, fue reconvertida en una galería de arte. Carrieres des lumieres es un espacio tan difícil de explicar que lo mejor es visitarla en persona. Desde el año 2012 la cantera es un espacio audiovisual en el que se proyectan obras pictóricas en movimiento y con banda sonora. En las paredes de la mina se reflejan Van Gogh, Renoir, Klimt o Leonardo Da Vinci… de forma indistinta ya que cada año se dedica a un artista o a un tema diferente. Una experiencia original en el mundo de los museos.