Plaza de San Pedro

La imponente Plaza de San Pedro se encuentra en el mismísimo Vaticano y se corona como uno de sus principales tesoros. El país más pequeño del mundo reúne 2.000 años de historia y arte. Como para no visitarlo, ¿verdad?

Una plaza histórica

La Plaza de San Pedro es el epicentro del catolicismo y cuenta con la cúpula de Miguel Ángel, el Interior de San Pedro, la Capilla Sixtina, el Obelisco y los Museos Vaticanos. Además de ser un lugar histórico en todo Italia, también es famoso en la ficción, ¿Sabías que fue uno de los enclaves protagonistas en "Ángeles y Demonios"?

La historia –y dimensiones- de esta plaza son impresionantes: tiene 320 metros de profundidad y un diámetro central de 240 metros, rodeada por cuatro hileras formadas por 284 columnas y 88 pilastres. Sus dimensiones permiten acoger a más de 300.000 fieles en acontecimientos importantes. ¿Cuándo comenzó a darse forma a esta plaza? Fue entre 1656 y 1667 cuando se llevó a cabo el proyecto de la actual plaza de San Pedro, diseñada por el célebre Bernini.

La Via della Conzilliazione es la columna vertebral desde donde se accede a la Plaza de San Pedro, situada en la colina vaticana y a los pies de la basílica de San Pedro. Desde la misma Via della Conzilliazione se puede apreciar la majestuosidad de la plaza.

Espiritualidad y arte se funden en la Plaza de San Pedro

La atmósfera de San Pedro está cargada de una espiritualidad que genera un respeto reforzado por las obras de los maestros del Barroco y el Renacimiento. En el extremo oeste de la plaza se encuentra la Basílica de San Pedro, y en el oeste se encuentra la salida hacia la Via della Conciliazione que lleva al Castillo Sant’Angelo y al Río Tiber.

¿Conoces la Plaza de la Condordia en París? Pues fue diseñada siguiendo el patrón de San Pedro.

Una vez dentro de la plaza, 140 estatuas de los santos del cristianismo dan la bienvenida al visitante. En el centro de la plaza de encuentra el Obelisco que Calígula trajo de Egipto en el siglo I.

La Basílica de San Pedro, encaramada a lomos de la colina del Vaticano es el símbolo de la cristiandad. La Guardia Suiza custodia la Scala Regia de Bernini, y en el balcón de la entrada se pronuncia la famosa frase 'habemus papam'.

En la basílica se encuentra La Piedad de Miguel Ángel, que como un faro de la historia de arte ilumina el resto de la sala. Por debajo se abren las Grutas Vaticanas, una necrópolis con tumbas papales y reales que requieren un permiso de visita. ¿Has leído Ángeles y Demonios? Entonces sabrás lo que aquí se desarrolla en la ficción.La basílica se encuentra coronada por el mirador del balcón de la cúpula de Miguel Ángel que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad.

Y qué decir de la Capilla Sixtina, pintada por Miguel Ángel, uno de los exponentes del Renacimiento donde La creación y el Juicio Final suponen el principio y el fin de todo. Observar esta obra de arte es el colofón de la visita tras recorrer la historia por las salas de los Museos Vaticanos.

Arte, historia y el espíritu del cristianismo envuelven la atmósfera de la Plaza de San Pedro. Un lugar con una arquitectura imponente y unas sensaciones que cortan la respiración. ¿Te lo vas a perder?

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Visitar la Plaza de San Pedro

Visitar la plaza es gratis, así como la basílica. Sin embargo, para subir a la cúpula es necesario pagar 8€ (en ascensor) o 6€ (a pie). Para conocer a fondo todos los detalles del Vaticano lo mejor es reservar una visita guiada en español.

Horario:

Octubre a marzo: 7h00 a 18h30.

Abril a septiembre: 7h00 a 19h00.

La cúpula abre con una hora de diferencia, a las 8h00 y cierra una hora después.