Chichén Itzá, una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, es un destino que no solo fascina por su impresionante arquitectura y rica historia, sino también por los fenómenos astronómicos que se pueden observar en este sitio. Uno de los eventos más esperados es el descenso de la serpiente maya, que ocurre durante los equinoccios de primavera y otoño. Este año, entre el 22 y el 24 de septiembre, los visitantes tendrán la oportunidad de presenciar este espectáculo único. Además, el sitio ofrece una experiencia inmersiva que transporta a los visitantes a la época de los antiguos mayas, permitiéndoles explorar templos, pirámides y cenotes sagrados. No solo es un viaje en el tiempo, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza y la astronomía de una manera única.
Chichén Itzá fue una de las ciudades más importantes de la civilización maya, ubicada en la península de Yucatán, México. Fundada alrededor del año 525 d.C., esta ciudad se convirtió en un centro político, económico y religioso. Su nombre significa “Boca del pozo de los itzáes”, en referencia a los cenotes sagrados que abastecían de agua a la ciudad. Además, Chichén Itzá es famosa por su impresionante arquitectura, incluyendo la pirámide de Kukulkán, que atrae a miles de visitantes cada año y es considerada una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.
El principal atractivo de Chichén Itzá es la pirámide de Kukulkán, también conocida como El Castillo. Esta estructura de 30 metros de altura es un calendario tridimensional que refleja la precisión con la que los mayas observaban y entendían los ciclos astronómicos. Cada uno de sus cuatro lados tiene 91 escalones, que sumados a la plataforma superior, totalizan 365, representando los días del año. Durante los equinoccios, un juego de luces y sombras crea la ilusión de una serpiente descendiendo por la escalera norte, simbolizando el descenso de Kukulkán, el dios serpiente emplumada.
Durante los equinoccios, el sol proyecta sombras sobre la pirámide de Kukulkán que crean la ilusión de una serpiente descendiendo por la escalera norte. Este fenómeno es un tributo a Kukulkán, la serpiente emplumada, una de las deidades más importantes de la mitología maya. La serpiente parece moverse a medida que el sol se desplaza, uniendo el cielo y la tierra en un espectáculo que deja sin aliento a quienes lo presencian. Este evento atrae a miles de visitantes de todo el mundo, que desean admirar la ingeniosa combinación de arquitectura y astronomía que los mayas lograron hace siglos.
Visitar Chichén Itzá durante el equinoccio de septiembre es una experiencia inolvidable. Los días 22, 23 y 24 de septiembre, miles de personas se congregan en el sitio arqueológico para ser testigos de este fenómeno. Es recomendable llegar temprano para encontrar un buen lugar desde donde observar el descenso de la serpiente. Además, es una oportunidad para explorar otros puntos de interés en Chichén Itzá, como el Templo de los Guerreros, el Gran Juego de Pelota y el Observatorio.
Para llegar a Chichén Itzá y presenciar el impresionante descenso de la serpiente durante el equinoccio, primero debes dirigirte a la Península de Yucatán, en México. Si viajas en avión, el aeropuerto más cercano es el de Cancún, desde donde puedes alquilar un coche o tomar un autobús directo a Chichén Itzá, un trayecto de aproximadamente dos horas y media. Otra opción es volar a Mérida, la capital de Yucatán, y desde allí hacer un recorrido de una hora y media en coche o autobús. Una vez en el yacimiento arqueológico, asegúrate de llegar temprano para evitar las multitudes y conseguir un buen lugar para observar el fenómeno. No olvides llevar agua, protector solar y una cámara para capturar este momento único.
El descenso de la serpiente maya en Chichén Itzá es un evento que combina historia, astronomía y espiritualidad en un solo espectáculo. No solo es una oportunidad para maravillarse con la ingeniería y el conocimiento de los antiguos mayas, sino también para conectarse con una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos. Si tienes la oportunidad de visitar Chichén Itzá durante el equinoccio de septiembre, no te lo pierdas. Será una experiencia que recordarás para siempre.